El parlamento de Togo ha dado la aprobación final a una nueva constitución que extiende el mandato del presidente, después de que críticos denunciaran la medida como un golpe de estado.
El país de África occidental pasará de un sistema presidencial a uno parlamentario.
Los seguidores del presidente Faure Gnassingbé argumentan que los cambios reducen sus poderes al transformar la presidencia en un papel ceremonial.
Pero la oposición dijo que las reformas eliminan los límites de su estancia en el cargo.
Su eliminación le permitiría permanecer como presidente hasta 2031, dijeron, después de lo cual podría ser designado para el nuevo cargo de “presidente del consejo de ministros” – en efecto primer ministro – continuando el gobierno de la familia durante 57 años.
El presidente Gnassingbé llegó al poder en 2005 después de la muerte de su padre, quien había sido presidente desde 1967.
Los cambios constitucionales fueron aprobados por los legisladores el mes pasado. Pero ante la creciente indignación pública, el Sr. Gnassingbé pausó las reformas y dijo que estarían sujetas a consultas adicionales.
La ministra de Derechos Humanos Yawa Djigbodi Tségan había dicho que esta medida “mejorará la democracia en el país”.
Pero Brigitte Kafui Johnson, candidata presidencial en una ocasión que lidera el partido de oposición CDPA, describió las enmiendas constitucionales como un “asalto al poder”.
En las últimas semanas, los legisladores progubernamentales han realizado visitas por todo el país que dijeron tenían la intención de “escuchar e informar a los civiles sobre la reforma constitucional”.
Los gobernantes tradicionales y grupos seleccionados fueron los principales objetivos de las discusiones, pero no se hicieron cambios como resultado.
Ha habido un amplio temor a expresar opiniones en público por miedo a ser blanco de las autoridades ante la represión policial a las protestas contra el gobierno.
El mes pasado, una conferencia de prensa de la oposición bajo la consigna “No toquen mi constitución” fue interrumpida por agentes de policía armados con porras.