El megapuerto de China abre camino hacia América Latina mientras Estados Unidos desconfiado observa.

La Sra. de Bolle dice que EE. UU. tiene razón en sentirse amenazado por este giro de los acontecimientos, ya que Pekín ha establecido “un fuerte punto de apoyo” en la región en un momento en que el presidente electo Trump quiere “acotar” a China.
“Creo que finalmente veremos a EE. UU. ejerciendo presión sobre América Latina debido a China”, dice, agregando que la mayoría de los países quieren estar del lado correcto de ambas potencias.
“La región no tiene que elegir a menos que se le obligue, y eso sería muy tonto”.
Mirando hacia el futuro, países sudamericanos como Perú, Chile y Colombia estarían vulnerables a la presión debido a los acuerdos bilaterales de libre comercio que tienen con EE. UU., que Trump podría buscar renegociar o incluso romper.
Estarán atentos para ver qué sucede con el Acuerdo Estados Unidos-México-Canadá (USMCA), que está programado para revisión en julio de 2026, pero estará sujeto a negociaciones durante 2025.
Sea lo que sea lo que suceda, el profesor Méndez de la LSE cree que la región necesita más cooperación.
“No debería ser que todos los caminos conduzcan a Beijing o a Washington. América Latina tiene que encontrar una forma más estratégica, necesita una estrategia regional coherente”, dice, señalando la dificultad de lograr que 33 países acuerden un enfoque conjunto.

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