(Bloomberg) — La victoria del principal partido de oposición de Corea del Sur en las elecciones parlamentarias ha convertido a su líder en uno de los principales contendientes para presidente en 2027, siempre y cuando pueda manejar a un público voluble y mantenerse por delante de una batalla legal que podría llevarlo a la cárcel antes de entonces.
Lee Jae-myung salió de las elecciones con una mayoría lo suficientemente fuerte para que el bloque progresista liderado por su Partido Democrático pueda dictar el curso de la legislación y presionar al conservador Partido Popular de las Personas en el poder para que haga concesiones si quiere lograr algo.
Defensor de un ingreso básico universal, Lee propuso mientras estaba en la campaña electoral entregar un total de 13 billones de won ($9.5 mil millones) en pagos en efectivo a los ciudadanos como una forma de revivir la economía. Su Partido Democrático ha estado buscando aumentar los impuestos a individuos ricos y a los conglomerados chaebol que dominan el panorama corporativo.
Es un cambio radical para una persona que perdió la carrera presidencial en 2022 por un margen muy estrecho y luego fue acusado por una variedad de cargos de soborno y violación de deberes. Esto planteó preguntas dentro de su partido sobre si estaba dañando su imagen, pero la victoria en la elección del miércoles demostró que puede conectar con los votantes.
“Lee ha logrado hacer que el Partido Democrático sea su partido y afianzar su poder al mismo tiempo que abraza a los moderados,” dijo Shin Yul, profesor de ciencias políticas en la Universidad de Myongji en Corea del Sur.
El descontento de los votantes y el deseo de emitir un “veredicto” sobre el gobierno parecen haber eclipsado los problemas legales de Lee, dijo Shin.
Lee, con su bloque del Partido Democrático, amplió su mayoría con 175 escaños, según la Comisión Electoral Nacional, una gran victoria que allana el camino para que el líder de la oposición tome el control y contemple un nuevo intento a la presidencia.
Un antiguo trabajador de fábrica que más tarde se convirtió en abogado de derechos civiles, Lee ha estado en la política por más de 15 años como miembro del campo progresista — llegando a ser gobernador de la provincia de Gyeonggi que rodea a Seúl en 2018. Ha trabajado para convertir al país en el primero de Asia en introducir un ingreso básico universal.
También es una de las figuras políticas más polarizantes en el país, con una base ferviente de seguidores en la izquierda y un gran bloque de opositores en el campo conservador. Lee ha estado envuelto en escándalos en su vida personal y en una investigación sobre la especulación de tierras en Seongnam, una ciudad donde Lee se desempeñó como alcalde. Él ha negado cualquier mal comportamiento y ha llamado a los procedimientos legales en su contra políticamente motivados.
Lee sobrevivió a una puñalada a principios de este año que la policía dijo parecía estar motivada políticamente.
Lee compareció en el tribunal solo dos días después de la elección, una segunda comparecencia en una semana, demostrando los obstáculos que enfrentará si intenta nuevamente la presidencia.
Al entrar en la sala del tribunal el viernes, Lee declinó responder a los reporteros que le preguntaban sobre la posibilidad de perder su escaño parlamentario pendiente de fallos judiciales.
También recibiendo atención está Cho Kuk, quien lanzó un nuevo partido un mes antes de las elecciones que obtuvo 12 escaños — el tercero más grande de todos los partidos que compitieron en la votación parlamentaria de este año.
Cho, quien fue ministro de justicia durante la administración del predecesor de Yoon, Moon Jae-in, abandonó el cargo en desgracia. Fue acusado y posteriormente condenado por fraude académico e interferencia ilegal en una inspección gubernamental. El caso está ahora pendiente de apelación en el más alto tribunal del país.
Cho también podría luchar por la atención de Lee y su partido tiene suficientes votos en el parlamento para ser determinantes en la aprobación de legislación. Cómo Lee y Cho pueden cooperar es una pregunta abierta, pero ambos salieron de las elecciones con nuevos vientos en sus velas.
Park Won-ho, profesor de ciencias políticas de la Universidad Nacional de Seúl, dijo que podría ser “hora de aceptar” que hay tantas personas que piensan que Lee y Cho deberían ir a la cárcel como personas que los apoyan como líderes de la oposición política.
“Al menos eso es lo que nos dicen los resultados de la votación de esta semana,” dijo Park.
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