Después de años de incertidumbre, el Servicio de Impuestos Internos finalizó las reglas el jueves para dejar claro que las personas que heredan cuentas de jubilación tienen 10 años para gastar los fondos y, en muchos casos, que hay un monto mínimo que deben gastar cada año.
La regla de los 10 años se aplica a los 401(k), IRAs y otros planes de contribución previa a impuestos heredados a partir del 1 de enero de 2020. No se aplica a beneficiarios que son beneficiarios designados elegibles (EDBs), lo que significa cónyuges e hijos menores de edad, así como aquellos que no son más jóvenes que el fallecido, y beneficiarios discapacitados o crónicamente enfermos.
Anteriormente, los herederos podían tomar distribuciones más pequeñas a lo largo de su vida (y los EDB todavía pueden), dando más tiempo a las cuentas de jubilación para crecer. En 2019, la ley fue modificada bajo el SECURE Act 2.0, aunque quedó una pregunta sin respuesta sobre si los herederos estarían obligados a tomar una distribución cada año, o si podían esperar hasta el final del período de 10 años para tomar todo. Ahora, el IRS está diciendo que deben retirar fondos cada año, aunque la cantidad varía. Esto dará claridad a algunos herederos que han estado esperando desde 2020 la decisión del IRS.
“Puedes sacar el dinero de la forma que quieras durante esos 10 años, todo de una vez, en partes, o extenderlo, pero debe desaparecer al final del décimo año”, dice Gloria Garcia Cisneros, una planificadora financiera certificada con sede en Los Ángeles. “Este es un gran cambio con respecto a las reglas antiguas”.
El cambio elimina la llamada estrategia de “IRA elástico”, mediante la cual los beneficiarios tomarían distribuciones mínimas de las IRAs a lo largo de su vida, alargando así su estatus diferido de impuestos.
¿A quiénes aplican estas reglas? A herederos como hijos adultos, nietos, hermanos, amigos, y así sucesivamente, que no cumplen con las otras calificaciones para EDBs.
—texto traducido al Español de nivel B1—