La inflación aumentó ligeramente en julio, según una medida preferida por la Reserva Federal, mientras el banco central se prepara para implementar su primera reducción de tasas de interés en más de cuatro años.
El Departamento de Comercio informó el viernes que el índice de precios del gasto en consumo personal subió un 0.2% en el mes y aumentó un 2.5% respecto al mismo período del año anterior, exactamente en línea con las estimaciones de consenso de Dow Jones.
Excluyendo los precios volátiles de alimentos y energía, el núcleo del PCE también aumentó un 0.2% en el mes pero subió un 2.6% respecto al año anterior. La cifra de 12 meses fue ligeramente inferior a la estimación del 2.7%.
Los funcionarios de la Fed tienden a centrarse más en la lectura del núcleo como una mejor medida de las tendencias a largo plazo. Tanto la inflación básica como la general en un período de 12 meses fueron iguales a las de junio.
Los precios básicos excluyendo la vivienda, otra métrica clave para la Fed, aumentaron solo un 0.1% en el mes. A medida que otros componentes de la inflación disminuyen, la vivienda ha demostrado ser obstinada, volviendo a subir un 0.4% en julio, según el informe del viernes.
En otros lugares del informe, la Oficina de Análisis Económico del departamento dijo que los ingresos personales aumentaron un 0.3%, ligeramente por encima de la estimación del 0.2%, mientras que el gasto del consumidor aumentó un 0.5%, en línea con el pronóstico. El gasto continuó a un ritmo sólido a pesar de que la tasa de ahorro personal cayó al 2.9%, la más baja desde junio de 2022.
Desde un punto de vista de los componentes, la inflación cambió poco en el último mes. La BEA dijo que los precios de los bienes cayeron menos de un 0.1% aunque los servicios aumentaron un 0.2%.
En un período de 12 meses, los bienes también disminuyeron menos de un 0.1%, mientras que los servicios aumentaron un 3.7%. Los precios de los alimentos subieron un 1.4% y la energía se aceleró un 1.9%.
Los mercados reaccionaron poco a la noticia, con futuros de acciones que apuntaban a una apertura ligeramente más alta en Wall Street y los rendimientos de los bonos del Tesoro también más altos.
Los datos “apuntan a la reafirmación de la estabilidad de precios en toda la economía estadounidense”, escribió Joseph Brusuelas, economista jefe de RSM.
“La economía estadounidense está lista para crecer al menos al ritmo a largo plazo del 1.8% a medida que la Fed comienza su campaña de recorte de tasas, lo que debería poner un piso bajo el crecimiento y la contratación”, agregó. “Estos datos respaldan la toma de riesgos por parte del sector comercial a medida que las tasas bajan y por parte de los inversores, que ahora están viendo un aumento sostenido en la expansión económica”.
El informe llega con los mercados fijando en un 100% la probabilidad de un recorte de tasas en septiembre, siendo la única incertidumbre si la Fed tomará el paso incremental de reducir las tasas de referencia en un cuarto de punto porcentual o si será más agresiva y bajará medio punto porcentual.
Tras la publicación del viernes, las expectativas del mercado se inclinaron un poco más hacia una reducción de un cuarto de punto, disminuyendo la probabilidad de un movimiento de 50 puntos básicos al 30.5%, según el medidor FedWatch de CME Group.
En los últimos días, los responsables políticos como el presidente Jerome Powell han expresado confianza en que la inflación está progresando de regreso al objetivo del 2% de la Fed.
Se espera que la Fed cambie ahora de un enfoque casi completo en reducir la inflación a al menos una concentración igual en apoyar el mercado laboral. Aunque la tasa de desempleo sigue siendo baja en un 4.3%, ha estado aumentando en el último año, y las encuestas sugieren una desaceleración en la contratación y una percepción entre los trabajadores de que los empleos son más difíciles de conseguir.
La atención ahora se centrará en el informe de nóminas no agrícolas para agosto, que se espera muestre un aumento de aproximadamente 175,000, según FactSet.