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No podría haber salido peor. La visita de Volodymyr Zelenskyy a la Casa Blanca el viernes supuestamente era una oportunidad para salvar su relación con Donald Trump después de unas semanas tormentosas. En cambio, ha quedado dañada más allá de cualquier reparación.
Lo que se anunció como una ocasión para firmar un acuerdo sobre la extracción de minerales, cementando el interés de Estados Unidos en la economía de Ucrania para las décadas venideras, se convirtió en una discusión airada que parecía exponer años de tensión y desconfianza entre los dos líderes.
Fue un espectáculo impresionante, transmitido al mundo desde la Oficina Oval, del cual nunca habíamos sido testigos. Llenará de horror a los simpatizantes de Ucrania. Se puede imaginar a Vladimir Putin observando desde el Kremlin, el presidente ruso frotándose las manos de alegría.
Zelenskyy se encontró siendo regañado por el vicepresidente de Estados Unidos, JD Vance, para que “ofreciera algunas palabras de agradecimiento” a Estados Unidos y a su presidente por su apoyo militar. Zelenskyy respondió, con calma pero desafiante, que Vance estaba hablando “en voz alta” sobre un país que aún no había visitado.
La situación se deterioró rápidamente a partir de ahí, con un furioso Trump diciéndole a su homólogo ucraniano que su país estaría acabado sin el apoyo estadounidense.
“Tú no tienes las cartas”, dijo. “Estás jugando con la tercera guerra mundial.”
La cámara cortó a Oksana Markarova, la embajadora de Ucrania en Washington, con la cabeza entre las manos. Su expresión dolorosa lo decía todo: esta es una relación en caída libre.
La discusión parece haber comenzado cuando Zelenskyy dijo que Ucrania no aceptaría simplemente un alto el fuego, ya que Putin nunca lo respetaría. Kyiv y otras capitales europeas temen que el objetivo de Trump sea poner fin a los enfrentamientos, sin presionar a Moscú para aceptar una paz justa y aplicable, lo que dejaría tiempo a Rusia para reagruparse y atacar de nuevo. Zelenskyy abordó directamente el meollo del problema.
Debe estar comenzando a ser evidente para los europeos que si quieren un alto el fuego aplicable en Ucrania ahora van a tener que aplicarlo ellos mismos. Zelenskyy tiene previsto reunirse con más de una docena de líderes europeos en Londres el domingo, hospedados por el primer ministro del Reino Unido, Sir Keir Starmer.
Resultará en una interesante reunión de evaluación. Después del enfrentamiento en la Casa Blanca del viernes, los esfuerzos de Starmer y del presidente francés Emmanuel Macron para convencer a Trump de respaldar una fuerza europea de estabilización en Ucrania no servirán de nada.
Zelenskyy habría sido más sabio alabar al presidente y desplegar todo su encanto, en lugar de ser tan directo. Aunque habló con suavidad, permitió que sus emociones hablaran, como a menudo hace. La emoción también es lo que lo ha convertido en un líder persuasivo durante la guerra.
Pero no es difícil imaginar que Vance y Trump estaban buscando pelea con el líder ucraniano. El presidente y sus partidarios se resienten de la negativa de Zelenskyy a desenterrar suciedad sobre el hijo de Joe Biden, Hunter, en la carrera hacia las elecciones presidenciales de 2020 y la manera en que su presión sobre el ucraniano se convirtió en el motivo para un juicio político.
También le ayuda a Trump poner a Zelenskyy en una posición aún más débil cuando se trata de las negociaciones de paz. Se podría decir que el escenario estaba listo para una emboscada.
En las últimas dos semanas, Trump ha hecho todo para minar a Zelenskyy, haciendo concesiones tempranas a Moscú y retratando a Ucrania como el agresor en la guerra de tres años.
Ahora parece que quiere sacarlo.
Zelenskyy salió de la Casa Blanca sin firmar el acuerdo de minerales que supuestamente pondría las relaciones en una posición más estable.
“Creo que hemos visto suficiente”, dijo Trump al concluir la sesión.
“Eso será una gran televisión, diré eso”, agregó.
Para Ucrania, es infinitamente más serio que eso.
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