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Por Kantaro Komiya
TOKIO (Reuters) -El pequeño cohete Kairos de Space One de Japón, propulsado por combustible sólido, explotó poco después de su lanzamiento inaugural el miércoles, cuando la empresa intentaba convertirse en la primera compañía japonesa en poner un satélite en órbita.
El cohete de combustible sólido de cuatro etapas y 18 metros (59 pies) explotó segundos después de despegar justo después de las 11:01 a.m. (0201 GMT), dejando atrás una gran nube de humo, un incendio, fragmentos del cohete y rociadores de agua de extinción de incendios cerca de la plataforma de lanzamiento, visibles en las transmisiones en directo de los medios locales desde el extremo de la península montañosa de Kii en el oeste de Japón.
Space One dijo que el vuelo fue “interrumpido” después del lanzamiento y estaba investigando la situación. No hubo indicación inmediata de qué causó la explosión, ni si hubo alguna lesión. Por lo general, no hay personas cerca durante un lanzamiento. Space One ha dicho que el lanzamiento es altamente automatizado y requiere aproximadamente una docena de empleados en el centro de control en tierra.
Kairos llevaba un satélite gubernamental experimental que puede reemplazar temporalmente a los satélites de inteligencia en órbita si dejan de funcionar.
Space One había planeado el lanzamiento para el sábado pero lo pospuso después de que un barco entrara en el área restringida cercana al mar.
Aunque Japón es un jugador relativamente pequeño en la carrera espacial, los desarrolladores de cohetes del país están trabajando rápido para construir vehículos más baratos para capturar la creciente demanda de lanzamientos de satélites tanto del gobierno como de clientes globales.
Space One, con sede en Tokio, fue establecida en 2018 por un consorcio de empresas japonesas: Canon Electronics, la unidad de ingeniería aeroespacial de IHI, la empresa de construcción Shimizu y el Banco de Desarrollo de Japón respaldado por el estado. Dos de los grandes bancos de Japón, Mitsubishi UFJ y Mizuho, también poseen participaciones minoritarias.
Las acciones de Canon Electronics cayeron más del 9% después del lanzamiento fallido del miércoles.
Space One quiere ofrecer “servicios de mensajería espacial” a clientes nacionales e internacionales, con el objetivo de lanzar 20 cohetes al año para finales de la década de 2020, dijo su presidente Masakazu Toyoda. A pesar de que la compañía retrasó la ventana de lanzamiento inaugural de Kairos cuatro veces, dijo que los pedidos para su segundo y tercer viajes planeados ya se han llenado, incluyendo uno de un cliente extranjero.
Space One no revela los costos de lanzamiento de Kairos, pero el ejecutivo de la compañía Kozo Abe dijo que son “suficientemente competitivos” en comparación con el rival estadounidense Rocket Lab.
Rocket Lab ha lanzado más de 40 cohetes Electrón desde Nueva Zelanda desde 2017 a un costo aproximado de $7 millones por vuelo. Varias empresas japonesas han utilizado el Electrón para sus misiones, incluyendo los fabricantes de satélites de radar iQPS y Synspective, y la startup de eliminación de desechos orbitales Astroscale.
El mes pasado, la Agencia de Exploración Aeroespacial de Japón (JAXA), financiada por el estado, lanzó con éxito su nuevo cohete insignia de bajo costo, el H3. JAXA completó un histórico aterrizaje “preciso” en la luna este año, y está programado que el H3 lleve unos 20 satélites y sondas al espacio para 2030.
En 2019, Interstellar Technologies llevó a cabo el primer lanzamiento de un cohete desarrollado de forma privada en Japón con su serie MOMO, aunque sin una carga útil de satélite a escala completa.
En colaboración con Estados Unidos, Japón busca revitalizar su industria aeroespacial nacional para contrarrestar la rivalidad tecnológica y militar de China y Rusia.
El gobierno prometió el año pasado un apoyo “completo” para las startups espaciales con tecnología crítica para la seguridad nacional, ya que busca construir constelaciones de satélites para aumentar las capacidades de inteligencia.
El ministerio de defensa de Japón dijo el viernes que había llegado a un acuerdo con Space One para aumentar la carga útil de sus cohetes experimentando con motores de metano eficientes en el consumo de combustible.