El CEO de WeWork, Tolley, renunciará a medida que la compañía sale de la quiebra según Reuters.

(Reuters) – WeWork anunció que el CEO David Tolley renunciará después de que el proveedor de espacios de trabajo flexibles salga de la quiebra más tarde el martes, poniendo fin a un proceso de reestructuración global de varios meses que incluyó un cambio de estrategia y salidas de varias ubicaciones.

La compañía también nombrará a un nuevo jefe supremo más tarde en el día.

Una vez la startup más valiosa de Estados Unidos, WeWork se expandió a un ritmo frenético pero acumuló pérdidas pronunciadas derivadas de arrendamientos costosos y una fuerte caída en la demanda impulsada por la pandemia, antes de declararse en bancarrota en noviembre de 2023.

Recibió la aprobación de un juez de quiebras de Estados Unidos para un plan de reestructuración a finales del mes pasado, lo que permitió a la compañía eliminar $4 mil millones en deuda y ceder su patrimonio a un grupo de prestamistas y la empresa de tecnología inmobiliaria Yardi Systems.

Tolley se unió a WeWork en febrero de 2023, inicialmente como miembro del consejo de administración y luego como CEO, guiando a la compañía a través de un período tumultuoso que incluyó importantes restructuraciones operativas y financieras.

Durante su mandato, WeWork redujo en gran medida su cartera inmobiliaria, renegociando más de 190 arrendamientos y saliendo de más de 170 ubicaciones no rentables, al tiempo que recortaba los gastos anuales de alquiler y ocupación en más de $800 millones.

También aseguró $400 millones en nuevo capital de acciones para respaldar su negocio y su futuro crecimiento, y redujo sus gastos de ventas, generales y administrativos en más del 30% durante el período.

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En abril, WeWork rechazó una oferta de $650 millones del cofundador y expropietario Adam Neumann para recomprar la empresa, diciendo que su propuesta no ofrecía un precio lo suficientemente alto como para convencer a los prestamistas.

La atribulada empresa ha dicho que estima que su patrimonio después de la quiebra vale unos $750 millones, muy lejos de su valoración de $47 mil millones en 2019. Su reputación también sufrió un gran golpe por un intento fallido de salir a bolsa en 2019.