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El CEO de Boeing, Dave Calhoun, pasó dos horas el martes tratando de persuadir a senadores mayormente escépticos de que el atribulado fabricante de aeronaves se había comprometido con la seguridad desde un par de accidentes mortales hace seis años.
Tanto legisladores demócratas como republicanos interrogaron a Calhoun en una audiencia del Subcomité Permanente de Investigaciones del Senado sobre una serie de incidentes en vuelo que han afectado a la empresa este año, los últimos errores de seguridad desde un par de accidentes en 2018 y 2019 que causaron la muerte de casi 350 personas.
Calhoun, testificando por primera y posiblemente última vez, negó acusaciones generalizadas de que Boeing toma represalias contra empleados que plantean preocupaciones de seguridad.
“A menudo cito y recompensos a las personas que plantean problemas, incluso si tienen enormes consecuencias para nuestra empresa y nuestra producción,” dijo. “Trabajamos arduamente para comunicarnos con nuestra gente.”
El origen de la audiencia fue un incidente que ocurrió en un vuelo de Alaska Airlines en enero, cuando una parte del fuselaje de un Boeing 737 Max 9 se desprendió del avión en pleno vuelo. Calhoun dijo a los legisladores que inmediatamente después del vuelo de Alaska Airlines, Boeing realizó sesiones de retroalimentación en toda la empresa con los empleados sobre formas de mejorar la seguridad, y que el fabricante de aeronaves había realizado cambios significativos en su estructura de incentivos en el último año.
“Estoy tratando de lidiar con 30,000 ideas sobre cómo podemos avanzar”, dijo.
No es lo que alegan empleados actuales y anteriores. El senador demócrata Richard Blumenthal de Connecticut, presidente de la audiencia, le dijo a Calhoun que una docena de denunciantes habían reportado una serie de medidas retaliatorias al subcomité, incluyendo reasignaciones, exclusión de reuniones clave, agresiones verbales e incluso amenazas físicas.
El gerente y denunciante de Boeing John Barnett, que falleció en marzo en un aparente suicidio, recibió 21 llamadas de teléfono de su supervisor en un solo día, y 19 en otro día, después de que Barnett planteara preocupaciones sobre piezas faltantes. Según Blumenthal, cuando Barnett confrontó al supervisor sobre las llamadas, el supervisor le dijo que lo “empujaría hasta que cediera”.
“Escuché a los denunciantes que aparecieron en su audiencia,” dijo Calhoun a Blumenthal. “Algo salió mal, y creo en la sinceridad de sus comentarios.”
Tras el desastre de Alaska Airlines, una oleada de denunciantes ha avivado las investigaciones sobre Boeing. Antes de la audiencia, el subcomité hizo públicas afirmaciones de un inspector de calidad, Sam Mohawk, que alegó que Boeing perdió la pista de hasta 400 piezas de aeronaves 737 Max.
Una de las principales preguntas que abordó el subcomité fue si Boeing había hecho cambios sustanciales en sus controles de calidad y seguridad en los últimos cinco años.
En 2021, la empresa llegó a un acuerdo en una demanda con el Departamento de Justicia después de que dos accidentes aéreos en 2018 y 2019 causaran la muerte de 346 personas. Boeing pagó una multa de $243.6 millones a cambio de evitar cargos de que engañó a los reguladores sobre un sistema de vuelo. Ahora el DOJ está alegando que Boeing no cumplió con los cambios acordados para evitar incidentes similares en el futuro.
“Creo que ciertamente has demostrado que puedes hablar sobre estos cambios, pero hacerlos efectivos podría requerir un equipo diferente,” dijo Blumenthal.
Josh Hawley, senador republicano de Missouri, acusó a Calhoun de “explotar” la empresa, diciendo que el director ejecutivo había elegido deliberadamente maximizar las ganancias y el precio de las acciones a expensas de la seguridad.
“Hemos tenido múltiples denunciantes comparecer ante este comité y alegar que Boeing está recortando todos los posibles aspectos de calidad y seguridad”, dijo Hawley. “No solo en el pasado, sino ahora.”
Hawley llegó a preguntar a Calhoun por qué no había renunciado aún, pero el CEO defendió su historial en la cabeza de Boeing.
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