Las autoridades rusas informaron el sábado que un ataque ucraniano a la ciudad de Belgorod había matado al menos a 22 personas y dejado heridas a casi otras 110 personas, en lo que sería el ataque individual más mortal contra una ciudad rusa desde el inicio de la guerra hace casi dos años.
El Ministerio de Defensa de Rusia dijo en un comunicado que Ucrania había atacado a Belgorod, un centro regional con alrededor de 330,000 habitantes a unos 40 kilómetros al norte de la frontera ucraniana, con dos misiles y varios cohetes, añadiendo que el ataque fue “indiscriminado”.
El ministerio dijo que la mayoría de los cohetes habían sido derribados, pero que algunos escombros habían caído sobre la ciudad. El gobierno ucraniano no ha comentado oficialmente sobre el ataque a Belgorod, y las declaraciones rusas no pudieron ser verificadas de forma independiente.
El ataque parece ser la respuesta de Ucrania a un ataque aéreo ruso masivo y mortal contra su territorio un día antes, y otra señal de la determinación de Kyiv para llevar la guerra a las puertas de Moscú. En su discurso durante la noche del viernes, el presidente Volodymyr Zelensky de Ucrania dijo que su país continuaría “trabajando para devolver la guerra” a “donde vino: a Rusia.”
El ataque del sábado en Belgorod fue rápidamente seguido por lo que funcionarios ucranianos dijeron que eran varios ataques rusos contra la ciudad ucraniana de Kharkiv, ubicada a unas 65 kilómetros de Belgorod, en lo que parece ser una represalia transfronteriza.
Los ataques consecutivos subrayan que tanto Moscú como Kyiv siguen dispuestos a intensificar una guerra que probablemente cumplirá su segundo aniversario en febrero, a pesar de los problemas de Ucrania para asegurar financiación occidental, un aumento del cansancio de la guerra en Rusia y enormes bajas en ambos lados.
“Siempre habrá una respuesta por todos los crímenes”, escribió Andriy Yermak, jefe de la oficina del presidente ucraniano, en redes sociales el sábado, mientras que el Ministerio de Defensa de Rusia dijo que el ataque contra Belgorod “no quedará impune”.
Aunque los detalles del ataque del sábado en Rusia no son inmediatamente claros, el solo número de muertos lo hace notable. Muchos rusos han mantenido un sentido de normalidad relativa a pesar de la guerra, pero la violencia en Belgorod, que ha sido sacudida repetidamente en los últimos dos años, ha roto esa estabilidad.
Para muchos ucranianos, los ataques traen a Rusia el tipo de sufrimiento que han soportado casi a diario durante casi dos años; para muchos rusos proguerra, son evidencia de que Moscú debe usar tácticas aún más agresivas en Ucrania.
El Ministerio de Situaciones de Emergencia ruso publicó un video de las secuelas del bombardeo que mostraba coches en llamas, personas heridas siendo llevadas a cobijo y vidrios rotos en los edificios de la ciudad. Y la televisión estatal rusa emitió videos publicados por residentes de Belgorod que mostraban columnas de humo sobre la ciudad, vidrio roto cerca de edificios residenciales y personas tendidas en las aceras, en un claro eco de las escenas que se desarrollaron un día antes en ciudades ucranianas como Kyiv, Lviv y Dnipro.
Vyacheslav Gladkov, el gobernador de la región de Belgorod, dijo que tres niños se encontraban entre los muertos el sábado y que un área residencial en el centro de la ciudad había sido atacada.
Se convocó una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad de la ONU para discutir el ataque, con los aliados occidentales de Ucrania poniendo la culpa directamente en el Kremlin, que inició la guerra. “Si Rusia quiere culpar a alguien por las muertes de rusos en esta guerra, debería comenzar con el presidente Putin”, dijo el enviado británico, Thomas Phipps, al Consejo.
El mismo viernes, el mismo Consejo se reunió para abordar el asalto de Rusia a ciudades ucranianas, con Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña condenando enérgicamente el ataque.
Ucrania ha dicho en repetidas ocasiones que no teme llevar la guerra al territorio ruso, y previamente ha atacado la región de Belgorod con ataques transfronterizos e incluso breves asaltos terrestres a Kyiv respaldados por combatientes rusos anti-Kremlin.
Hasta ahora, dichos ataques han resultado en al menos 50 muertes dentro de Rusia, según las Naciones Unidas, así como la evacuación de algunos miles de civiles y enfrentamientos menores con el ejército ruso.
El ataque del sábado en Belgorod fue en respuesta al ataque aéreo de Rusia contra Ucrania el viernes, dijo un funcionario de los servicios de inteligencia de Ucrania, que habló bajo condición de anonimato para discutir el asunto, agregando que solo se habían atacado instalaciones militares. El ataque a Ucrania, uno de los más grandes de la guerra, mató al menos a 39 personas, hirió a otras 160 y afectó la infraestructura civil y militar.
El sábado, los equipos de rescate de Ucrania seguían sacando cuerpos de los escombros de una fábrica que fue atacada en el centro de Kyiv, según las autoridades locales.
Y el sábado por la noche, dijeron las autoridades ucranianas, Rusia lanzó un ataque contra Kharkiv, la segunda ciudad más grande de Ucrania, en lo que parecía ser la respuesta de Rusia al ataque ucraniano.
Oleh Syniehubov, jefe de la administración militar de la región de Kharkiv, dijo que misiles rusos lanzados desde la región de Belgorod atacaron la ciudad oriental de Ucrania y que al menos 28 personas resultaron heridas en el ataque. Agregó que el ejército ruso golpeó el centro de la ciudad seis veces y reportó daños en edificios residenciales, tiendas y un centro médico.
Videos e imágenes no verificados compartidos en redes sociales también mostraron que el Hotel Palace Kharkiv, uno de los hoteles más populares de la ciudad y un lugar habitual para periodistas extranjeros, fue atacado. Fotografías de las secuelas del ataque mostraron la fachada del edificio perforada por un enorme agujero del tamaño de varios pisos.
El señor Syniehubov dijo también que el bombardeo ruso en un pueblo en la región de Kharkiv dejó tres personas muertas. Sus cuerpos fueron sacados de los escombros de su casa destruida.
Los ataques aéreos consecutivos del viernes y el sábado se producen cuando las tropas ucranianas y rusas están estancadas en tierra en combates sangrientos y en su mayoría inconclusos. Moscú ha logrado varios avances en todo el frente en las últimas semanas, pero los expertos militares dicen que sus ganancias son incrementales y poco probables de conducir a un gran avance en el futuro cercano.