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Estados Unidos ha anunciado que retirará una recompensa de $10 millones por Abu Mohammad al-Jolani, líder de Hayat Tahrir al-Sham, el grupo islamista que encabezó el derrocamiento del régimen de Assad en Siria, en una señal de que Washington está dispuesto a colaborar con el nuevo liderazgo.
A cambio, Jolani, quien ahora utiliza su nombre de nacimiento, Ahmed al-Sharaa, acordó que los grupos terroristas no pueden representar una amenaza dentro de Siria ni externamente, incluyendo a Estados Unidos y sus aliados en la región, según declaró Barbara Leaf, la principal funcionaria del Departamento de Estado para Medio Oriente, el viernes.
Leaf se reunió con Jolani en Damasco ese mismo día y dijo a los periodistas que al levantar la recompensa, los funcionarios estadounidenses podrían colaborar con el líder rebelde sin tener que entregarlo a las autoridades estadounidenses.
Leaf calificó su encuentro con Jolani como “bastante bueno, muy productivo y detallado”.
“Él se mostró pragmático,” dijo, agregando que hizo declaraciones “moderadas” sobre la protección igualitaria de mujeres y minorías. “Lo juzgaremos por sus acciones, no solo por sus palabras,” añadió.
HTS está designada como una organización terrorista por EE. UU., la UE, la ONU y otros, lo que significa que Washington no puede ofrecer apoyo material al grupo, pero sí puede comunicarse con sus miembros. Jolani ha expresado que la salida de Assad significa que las sanciones al estado deberían levantarse.
Los funcionarios estadounidenses han dicho que considerarán levantar tanto las sanciones como la designación de terrorista, que ha estado en vigor desde 2018, si HTS demuestra su compromiso con un gobierno “inclusivo” y con el mantenimiento de la estabilidad.
Indican que Jolani y un eventual gobierno de transición enfrentarán presión interna para tomar las medidas necesarias para que se levante el régimen de sanciones.
“Creo que habrá un grado considerable de presión interna tanto sobre las autoridades interinas como sobre el eventual gobierno de transición que llegue en unos meses, para moverse en la dirección que, de hecho, sea consonante con los requisitos que tendríamos en términos de sanciones,” dijo Leaf.
Agregó que Jolani había destacado que quería comenzar a trabajar en una recuperación económica para Siria.
La delegación estadounidense en Damasco también incluyó a Roger Carstens, el enviado especial de EE. UU. para rehenes, y al diplomático de alto rango Daniel Rubenstein, quien liderará la colaboración con Siria.
Los diplomáticos mantuvieron reuniones y visitaron un sitio en la capital como parte de los esfuerzos para encontrar a Austin Tice, un periodista estadounidense que desapareció en Damasco en 2012.
Carstens dijo que no está claro si Tice sigue con vida. “La información que tenemos en este momento no confirma una u otra cosa,” dijo.
Los funcionarios estadounidenses indican que planean colaborar con las autoridades de transición y otros sirios en futuros viajes a Siria según lo permitan las condiciones.