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El viernes, fiscales estadounidenses acusaron al gobierno de Irán de contratar a un hombre para poner en marcha planes de asesinar a enemigos percibidos del régimen, incluido el presidente electo Donald Trump.
El Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica en septiembre instruyó a Farhad Shakeri, uno de sus activos, a vigilar a Trump y elaborar un plan para matarlo, según una denuncia criminal revelada el viernes. Dijo que le dijeron en una reunión a principios de octubre que presentara un plan de asesinato en un plazo de siete días, de lo contrario, el intento tendría que esperar hasta después de las elecciones, que presumían que perdería.
Shakeri, que es iraní, le dijo al FBI en una entrevista que no tenía la intención de hacerlo, según documentos judiciales.
Shakeri, que sigue prófugo y se cree que está en Irán, fue acusado de asesinato por encargo junto a otros dos presuntos cómplices —ambos de Nueva York— en relación con un plan dirigido a otro ciudadano estadounidense de origen iraní que se opone a la república islámica. Los dos coacusados de Shakeri hicieron una comparecencia inicial en el tribunal de Manhattan el jueves y permanecen detenidos en espera de juicio.
“Hay pocos actores en el mundo que representen una amenaza tan grave para la seguridad nacional de Estados Unidos como lo hace Irán”, dijo el fiscal general de EE. UU., Merrick Garland.
Funcionarios de EE. UU. recibieron información a principios de este año sobre una amenaza iraní contra Trump, lo que llevó al Servicio Secreto a aumentar la seguridad a su alrededor.
La campaña presidencial de 2024, que culminó con la victoria electoral de Trump el martes, ha estado marcada por amenazas e incidentes de violencia, así como por esfuerzos de gobiernos extranjeros, incluidos Irán y Rusia, para interferir con el voto.
Trump sufrió dos intentos fallidos de asesinato durante la campaña, y amenazas de bomba que aparentemente provenían de dominios de correo electrónico rusos interrumpieron brevemente la votación en algunos distritos electorales decisivos.
El director del FBI, Christopher Wray, dijo: “Los cargos anunciados hoy exponen los continuos intentos descarados de Irán de apuntar a ciudadanos estadounidenses, incluido el presidente electo Donald Trump, otros líderes gubernamentales y disidentes que critican al régimen en Teherán”.
La campaña de Trump no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios. La misión de Irán ante la ONU se negó a hacer comentarios.
Cuando se le pidió enfocarse en asesinar a Trump, Shakeri le dijo a un oficial de la IRGC que costaría una “enorme” cantidad de dinero, a lo que el oficial respondió: “ya hemos gastado mucho dinero… así que el dinero no es un problema”, según la denuncia.
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