En Ecuador, un sentimiento de miedo se apoderó del país el miércoles, con calles vacías, clases canceladas y muchas personas temerosas de salir de sus hogares después de que la desaparición de dos líderes de pandillas el lunes desencadenara disturbios en prisión, secuestros policiales y la toma de un canal de televisión en vivo.
La violencia, que dejó al menos 11 muertos para el miércoles y llevó al presidente a autorizar al ejército de Ecuador a enfrentar a las poderosas pandillas del país, ha puesto en vilo a Sudamérica.
“Siento que el mundo que conocía antes se ha ido,” dijo María Ortega, una maestra en Guayaquil, una gran ciudad costera. “Puedes saber cómo comienzan las cosas, pero no cómo terminarán.”
En Guayaquil, donde TC Televisión fue brevemente tomada el martes, el transporte público había sido reanudado y algunas personas se aventuraron al exterior. TC Televisión no estaba transmitiendo, solo aparecían líneas de colores en la pantalla donde generalmente aparecerían los informes de noticias.
La vida estaba lejos de ser normal.
En Quito, la capital, oficiales militares patrullaban cerca del palacio presidencial. Las estaciones del metro generalmente abarrotadas de viajeros estaban en su mayoría desiertas. El presidente Daniel Noboa declaró el estado de emergencia el lunes, imponiendo un toque de queda durante la noche y permitiendo al ejército tomar el control de las prisiones y patrullar las calles.
La policía informó que 70 personas habían sido arrestadas y acusadas de cometer ataques y actos terroristas.
El ejército dejó en claro que se enfrentaría con firmeza a las pandillas que han desatado disturbios en los últimos días.
“A partir de este momento, cada grupo terrorista,” dijo Jaime Vela Erazo, el comandante de las Fuerzas Armadas, “se ha convertido en un objetivo militar.”
“El presente y el futuro de nuestra patria está en juego y ningún acto de terror nos hará ceder,” agregó. “No retrocederemos ni negociaremos. El bien, la justicia y el orden no pueden pedir permiso o inclinar la cabeza ante los terroristas.”
En los últimos años, Ecuador ha sido consumido por la violencia relacionada con las drogas, ya que unas dos docenas de pandillas han brotado, luchando por el control de rutas lucrativas de tráfico de drogas y ciudades.
Los ecuatorianos viven en constante temor, con aumentos de asesinatos y robos y el aumento de la extorsión. A medida que las pandillas han proliferado, las cárceles en ruinas del país se han convertido en sus sedes y centros de reclutamiento.
Adolfo Macías, el líder de Los Choneros, desapareció el domingo de la prisión de Guayaquil que su pandilla controla en gran parte. Fabricio Colón Pico, el líder de otra pandilla, Los Lobos, desapareció temprano el martes de una prisión en la ciudad central de Riobamba.
La violencia comenzó a escalar después de la desaparición del Sr. Macías, conocido como “Fito”.
A medida que los soldados entraban en el recinto carcelario, comenzaron los levantamientos en muchas de las 36 cárceles del país, de las cuales se cree que hasta una cuarta parte están controladas por pandillas. Videos publicados en redes sociales mostraban a los guardias retenidos a punta de cuchillo por los reclusos. En un video, un recluso se dirigió al Sr. Noboa, diciéndole que los guardias serían asesinados si enviaba al ejército a las cárceles.
La violencia pronto se desbordó en la vida civil. Se reportaron explosiones en todo el país, policías fueron secuestrados, varios hospitales fueron tomados y policías y actores armados intercambiaron disparos, incluyendo cerca de una escuela en Guayaquil.
La violencia alcanzó su punto máximo el martes por la tarde, cuando hombres enmascarados tomaron brevemente TC Televisión en Guayaquil durante una transmisión en vivo, tomando como rehenes a los presentadores y al personal y exigiendo enviar un mensaje dirigido al gobierno para que no interfiriera “con las mafias”.
Poco después, el Sr. Noboa, el presidente, declaró un “conflicto armado interno” y ordenó al ejército “neutralizar” a las dos docenas de pandillas del país, que el gobierno calificó de “organizaciones terroristas”.
Líderes de pandillas como el Sr. Macías han supervisado sus redes delictivas desde detrás de las rejas utilizando dispositivos electrónicos de contrabando. Junto con los planes para trasladar al Sr. Macías de su celda, donde cumplía una sentencia de 34 años, a una instalación de máxima seguridad, el gobierno de Noboa recientemente realizó movimientos para aumentar la seguridad en las prisiones y cortar el acceso de los líderes al mundo exterior.
Los expertos dijeron que el Sr. Macías podría haberse enterado del plan del gobierno para transferirlo a él y a otros convictos de alto perfil a la instalación de máxima seguridad a través de una filtración y que eso podría haber provocado su escape y los levantamientos en las prisiones.
La Sra. Ortega, la maestra de Guayaquil, dijo que entendía que las medidas tomadas esta semana por el gobierno de Noboa eran necesarias después de las fugas de prisión y los ataques violentos.
“Supongo que esto es algo que el gobierno tiene que hacer,” dijo. “Espero que tengan la claridad para ver que no es todo lo que tienen que hacer.”