En los bosques antiguos del noroeste del Pacífico, el búho manchado del norte, una subespecie rara y frágil de búho manchado, está siendo desplazado de su hábitat limitado por el búho listado, su primo más grande y más testarudo del noreste. El búho listado oportunista ha estado invadiendo el territorio de los búhos manchados durante más de medio siglo, compitiendo con los locales por alimentos y espacio, superándolos en número, reproduciéndose más y persiguiéndolos inevitablemente para expulsarlos de sus nidos. Los búhos listados también han surgido como una amenaza para el búho manchado de California, una subespecie estrechamente relacionada en la Sierra Nevada y las montañas de la costa y el sur de California.
Apretadas en territorios marginales y atormentadas por incendios forestales, las poblaciones de búhos manchados del norte han disminuido hasta en un 80 por ciento en las últimas dos décadas. Tan solo quedan unas 3.000 en terrenos federales, en comparación con las 11.000 en 1993. En los bosques silvestres de Columbia Británica, el búho manchado del norte ha desaparecido; solo queda uno, una hembra. Si la tendencia continúa, el búho manchado del norte podría convertirse en la primera subespecie de búho en Estados Unidos en extinguirse.
En un último esfuerzo por rescatar al búho manchado del norte del olvido y proteger la población de búhos manchados de California, el Servicio de Pesca y Vida Silvestre de Estados Unidos ha propuesto la eliminación de un número asombroso de búhos listados en un área de 11 a 14 millones de acres en Washington, Oregón y el norte de California, donde los búhos listados, a los que la agencia considera invasores, están invadiendo. El plan de manejo letal contempla la erradicación de hasta medio millón de búhos listados en los próximos 30 años, o el 30 por ciento de la población durante ese período de tiempo. Los búhos serían eliminados utilizando los métodos más baratos y eficientes, desde escopetas de gran calibre con visores nocturnos hasta la captura y la eutanasia.
Karla Bloem, directora ejecutiva del Centro Internacional de Búhos en Minnesota, está en conflicto ante la perspectiva de matar a una especie para proteger a otra. “El concepto de disparar a los pájaros es horrible, nadie quiere eso”, dijo. “Pero ninguna de las alternativas ha funcionado, y en esta fecha tan tardía no hay otra opción viable. La extinción es algo permanente.”
Bob Sallinger, director ejecutivo de Bird Conservation Oregon, estuvo de acuerdo pero enfatizó que la erradicación debe complementar la restauración y preservación de los pocos bosques viejos restantes. “La ciencia muestra claramente que se debe proteger e incrementar el hábitat y eliminar cierto nivel de búhos listados para que el búho manchado del norte tenga alguna posibilidad de supervivencia”, dijo.