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Por Lisandra Paraguassu
BRASILIA (Reuters) – Diplomáticos de los países del Grupo de los 20 principales economías lucharon el sábado por superar diferencias en cuanto al pago para abordar el cambio climático, gravar a los súper ricos y abordar la guerra en Ucrania mientras negociaban un comunicado conjunto antes de la cumbre de sus líderes.
La cumbre del G20 en Río de Janeiro el lunes y martes llega en un momento en que las conversaciones sobre el clima de la ONU COP29 entran en su segunda semana, con los negociadores debatiendo un nuevo objetivo de cuánto dinero los países más ricos estarán dispuestos a pagar para enfrentar el cambio climático.
Oficiales de la ONU y otros delegados en Baku expresaron la esperanza de que un mensaje fuerte de los líderes del G20 podría contribuir al impulso político para un acuerdo de la COP29 sobre financiación climática.
Sin embargo, cuatro diplomáticos involucrados en las conversaciones en Río dijeron que estaban en un punto muerto familiar: las naciones desarrolladas quieren que algunos de los países en desarrollo más ricos contribuyan financieramente para abordar el calentamiento global, pero el mundo en desarrollo dice que le corresponde a las naciones más ricas del mundo pagar la factura.
Llegar a un acuerdo global puede complicarse aún más con el regreso al poder del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, quien se está preparando para retirar nuevamente a Estados Unidos del acuerdo climático de París.
Abordar la invasión rusa de Ucrania también ha sido un tema espinoso para el G20 desde 2022, y la guerra en Gaza ha añadido divisiones geopolíticas al grupo.
Los sherpas del G20 que lideran las conversaciones en Río han tratado de evitar discutir las guerras en reuniones previas durante todo el año. Ahora, los diplomáticos dicen que planean limitar cualquier texto a un párrafo general basado en los principios de la ONU y la necesidad de respetar la paz, seguido de un párrafo sobre Ucrania y otro sobre Palestina.
La imposición de impuestos a grandes fortunas, una propuesta querida por el presidente Luiz Inácio Lula da Silva, anfitrión de la cumbre del G20, también ha encontrado un obstáculo.
En un cambio de opinión de último minuto, Argentina se negó a dar su aprobación para incluir la propuesta en el comunicado final.
La fuerte oposición de Argentina a gravar a los súper ricos se produjo después de que su presidente de derecha libertaria, Javier Milei, visitara a Trump en su resort Mar-a-Lago en Florida, convirtiéndose en el primer líder extranjero en visitar al presidente electo de EE. UU.
Fuentes involucradas en las conversaciones del G20 dijeron que los negociadores argentinos, a solicitud de Milei, ahora buscan eliminar cualquier mención de gravar a los más ricos, lo que solo podría aparecer en el comunicado con una nota que refleje que no contó con el respaldo de Argentina.
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