Diego Garcia: Desgarradora odisea de tres años de una madre varada en una isla militar.

A medida que pasaba el tiempo, Shanthi dice que los sentimientos de impotencia crecían. La vida en el campamento era vivir en una burbuja: noticias de guerras importantes en Ucrania y el Medio Oriente llegaban a través de los guardias que vigilaban a los migrantes, pero ellos estaban alejados de la base y consumidos por sus propias vidas. El acceso a la isla, parte del Archipiélago de Chagos, está fuertemente restringido. Oficialmente no ha tenido población residente desde principios de la década de 1970 cuando el Reino Unido desalojó a todas las personas que vivían allí para poder desarrollar la base estratégica.

“Desde el primer día hasta que nos fuimos, todos los días vivíamos con ratas”, dice Shanthi. “A veces las ratas mordían a nuestros hijos: sus piernas, dedos y manos. Nos robaban la comida. Por las noches a veces se arrastraban sobre nuestras mantas y nuestras cabezas”. También se colaban cangrejos coco gigantes y hormigas de fuego tropicales en el campamento. Durante las tormentas, el agua de lluvia se filtraba por los agujeros de las tiendas, que anteriormente se habían utilizado para pacientes con Covid en la pandemia. Cuando los investigadores de las Naciones Unidas visitaron el campamento a finales del año pasado, los niños les contaron que soñaban con ir de picnic, montar en bicicleta o comer un helado.

En un momento anterior de este año, un funcionario médico describió el campamento como estando en “crisis total”, con autolesiones masivas e intentos de suicidio. “Mi hija presenciaba todo lo que sucedía. Ella decía ‘mamá, se han cortado. ¿Debo cortarme yo también?’ Así que le decía ‘no, no. No puedes hacer nada. Te protegeré. Ven y escucha algo de música, ven y coge papel y simplemente dibuja'”, recuerda entre lágrimas. Tanto ella como su esposo lloran mientras hablan de las dos veces que su hija se autolesionó. “Ambas veces me sentí muy mal y no podía procesarlo. Cuando hizo esto, me dijo que lo había hecho porque esperaba que si moría sus padres y su hermano irían a un tercer país seguro”, dice Shanthi.

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