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Se arrestó a un sospechoso por el asesinato del importante general ruso Igor Kirillov, quien murió junto a su asistente cuando una bomba colocada en un scooter explotó fuera de su casa en Moscú el martes.
El FSB, la agencia de seguridad principal de Rusia, anunció el miércoles que había arrestado a un hombre uzbeko que había colocado la bomba en el scooter y luego la detonó de forma remota.
Agregaron que el sospechoso había colocado una cámara en un coche alquilado para filmar la explosión.
El FSB publicó un video del sospechoso, quien afirmó que había comprado el scooter varios meses antes.
En el video, el sospechoso afirmó que los servicios de inteligencia ucranianos le habían ofrecido $100,000 y un “pasaporte europeo” para llevar a cabo el ataque.
Kirillov, jefe de las fuerzas de defensa nuclear, química y biológica del ejército, es el funcionario ruso de mayor rango que ha sido asesinado desde que el presidente Vladimir Putin ordenó la invasión a gran escala de Ucrania en 2022.
El atentado es el más descarado de una serie de asesinatos de altos oficiales rusos llevados a cabo profundamente detrás de las líneas enemigas.
El Kremlin declaró que Putin expresó sus “más profundas condolencias”, añadiendo que los servicios secretos de Rusia estaban investigando el asesinato de manera “efectiva”.
Dmitry Peskov, vocero de Putin, dijo a los reporteros el miércoles que el asesinato “una vez más” demostraba que las acciones de Rusia contra Ucrania eran “correctas”, según la agencia de noticias estatal RIA Novosti.
Los oficiales radicales han instado a Rusia a responder a la muerte de Kirillov atacando a altos funcionarios ucranianos.
Dmitry Medvedev, un ex suplente de Putin que ahora es su vice en el consejo de seguridad de Rusia, instó a los oficiales de seguridad a “destruir a las personas detrás de esto en Kiev”.
Kirillov fue sancionado por el Reino Unido en octubre “por el despliegue de armas químicas bárbaras en Ucrania”, incluyendo el agente asfixiante tóxico cloropicrina.
El SBU, uno de los servicios de seguridad de Ucrania, emitió un “aviso de sospecha”, básicamente una orden de arresto, para Kirillov un día antes del ataque por presuntos “crímenes de guerra” cometidos contra las fuerzas de Kyiv utilizando armas químicas.
Kirillov también era conocido por sus informes públicos en los que acusaba a Ucrania de planear el uso de armas químicas y de lanzar drones diseñados por Estados Unidos que transportaban “mosquitos infectados” para propagar la malaria entre las fuerzas de Rusia.
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