¿Cuál es la calidad del aire en Nueva Delhi, Yakarta o Buenos Aires? Hasta el martes, la Embajada de los Estados Unidos en esas ciudades te podría haber dicho.
Pero la administración Trump ha cerrado efectivamente un programa global de monitoreo de calidad del aire, poniendo fin a más de una década de recopilación y reporte público de datos de 80 embajadas y consulados en todo el mundo.
La información ha apoyado la investigación, ha ayudado a miles de funcionarios del servicio exterior que trabajan en el extranjero a decidir si era seguro dejar que sus hijos jugaran al aire libre, y ha llevado directamente a mejoras en la calidad del aire en países como China.
El Departamento de Estado dijo en un correo electrónico que el programa se suspendía “debido a restricciones presupuestarias”.
Los funcionarios de salud y los expertos ambientales dijeron que poner fin al monitoreo de la calidad del aire perjudicaría a los estadounidenses en el extranjero, especialmente a aquellos que trabajan para el gobierno de los Estados Unidos.
“Las embajadas a veces se encuentran en circunstancias de calidad del aire muy difíciles”, dijo Gina McCarthy, quien dirigió la Agencia de Protección Ambiental en la administración de Obama.
Ella, junto con John Kerry, quien era secretario de Estado en ese momento, expandieron globalmente lo que había sido un esfuerzo de monitoreo del aire limitado pero transformador en China.
“No se puede enviar a personas a áreas riesgosas sin información”, dijo la Sra. McCarthy. “Normalmente pensamos en áreas riesgosas como zonas de guerra o algo así. Pero también es igualmente importante ver si su salud se está deteriorando debido a que se encuentran en un lugar con una calidad del aire tan pobre.”