Corea del Norte lanza cohete con su primer satélite espía.

SEÚL — Corea del Norte lanzó un cohete el martes en lo que Corea del Sur dijo que era un intento de poner su primer satélite de reconocimiento militar en órbita, esta vez con ayuda tecnológica de Rusia.

El cohete voló hacia el sur sobre el mar entre la península coreana y China, dijo el ejército surcoreano en un breve comunicado. Estados Unidos, Corea del Sur y Japón han puesto en alerta a sus fuerzas militares para protegerse de tal lanzamiento, preocupados de que los escombros del cohete norcoreano caigan en los territorios de sus aliados asiáticos. También buscan recopilar inteligencia sobre el cohete para determinar las implicaciones que su programa de satélites pueda tener en la estabilidad regional.

Corea del Norte lanzó su nuevo cohete Chollima-1 desde su estación de lanzamiento de satélites en Tongchang-ri, cerca de su frontera noroccidental con China, en mayo y de nuevo en agosto. El cohete voló en la misma trayectoria hacia el sur, buscando colocar satélites en órbita para que Corea del Norte pudiera monitorear mejor los movimientos militares estadounidenses y surcoreanos en la región y mejorar sus capacidades de ataque nuclear. Pero en ambas ocasiones, los cohetes fallaron y no lograron impulsar el Malligyong-1, el primer satélite espía militar casero del Norte, en órbita.

Esta semana, Corea del Norte le dijo a la Organización Marítima Internacional que pronto haría un tercer intento. Y esta vez, Corea del Norte recibió ayuda de Rusia, ayudando al Norte a superar sus deficiencias tecnológicas, según funcionarios surcoreanos que han monitoreado sus preparativos de lanzamiento en Tongchang-ri en semanas recientes.

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La ayuda de Moscú con el problemático programa de satélites de Pyongyang fue parte de un paquete de incentivos que se esperaba que Corea del Norte recibiera de Rusia a cambio del suministro de proyectiles de artillería y otras municiones muy necesarias para ayudar en la guerra de Rusia en Ucrania, dijeron los funcionarios surcoreanos.

El lanzamiento del martes desafió múltiples advertencias de Estados Unidos, Corea del Sur y Japón contra tales lanzamientos. Según las resoluciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas a las que accedió Moscú, Corea del Norte está prohibida de lanzar cohetes espaciales porque en el pasado los usó para desarrollar sus capacidades de misiles balísticos de largo alcance. Las resoluciones también prohíben a los países comprar armas de Corea del Norte o transferir tecnología para ayudar en el avance de las capacidades nucleares y de cohetes del Norte.

Pero la guerra en Ucrania está acercando a Moscú y Pyongyang, ya que los antiguos aliados de la era de la Guerra Fría tienen un interés común en confrontar a su enemigo común, Estados Unidos.

El líder de Corea del Norte, Kim Jong-un, tiene lo que desesperadamente necesita su homólogo ruso, Vladimir V. Putin: proyectiles de artillería, cohetes y otras municiones convencionales que pueden ayudar a reponer los almacenes de armas agotados de Putin a medida que su invasión de Ucrania se convierte en una guerra de desgaste.

A cambio, Kim espera obtener alimentos y combustible de Rusia para ayudar a aliviar las escaseces crónicas de su país, así como repuestos para actualizar sus envejecidos tanques y aviones de combate de época soviética. Corea del Norte también busca conocimientos técnicos de Rusia para avanzar en sus programas nucleares y de cohetes, los cuales de otra manera no estarían disponibles bajo las sanciones internacionales, según funcionarios y analistas.

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Moscú y Pyongyang han negado que estén participando en tales transacciones. Pero cuando Kim y Putin se reunieron en Extremo Oriente de Rusia en septiembre, acordaron ampliar la cooperación bilateral.

Revelaron pocos detalles sobre la reunión, pero Kim indicó lo que quería al visitar un centro de lanzamiento espacial, una fábrica de fabricación de aviones de combate y una base naval durante su viaje al Extremo Oriente.