Conversaciones en El Cairo buscan un acuerdo para detener la guerra en Gaza y liberar rehenes.

Las autoridades egipcias han declarado que cualquier acción que provoque una invasión de gazatíes en territorio egipcio podría poner en peligro el tratado de paz de décadas entre Israel y Egipto, un pilar de estabilidad en Medio Oriente. Pero el lunes, Egipto ofreció garantías de que el tratado se mantendría.

Muchos palestinos dicen que Israel quiere expulsarlos y temen que, si alguna vez se van, Israel no les permitiría regresar, al igual que los árabes que huyeron o fueron expulsados de Israel en su formación no han sido autorizados a regresar.

El Sr. Netanyahu, prometiendo aplastar a Hamás, ha descrito Rafah como su último bastión en Gaza. Asegurar la ciudad, ha dicho, es fundamental para evitar otro ataque como el que tuvo lugar el 7 de octubre, cuando militantes liderados por Hamás mataron a unas 1.200 personas en Israel y secuestraron a más de 250, según funcionarios israelíes.

El lunes, después de que comandos israelíes liberaron a dos de los rehenes en Rafah, el Sr. Netanyahu dijo que “solo una presión militar continuada, hasta la victoria total, llevará a la liberación de todos nuestros rehenes”.

Harel Chorev, investigador de la Universidad de Tel Aviv, dijo que el rescate podría utilizarse para fortalecer el argumento de Netanyahu a favor de una invasión terrestre ampliada.

“Muestra que la presión militar funciona y que, al final del día, puede justificar la posición de Israel con respecto a la necesidad de ir a Rafah”, dijo Chorev.

Pero Ibrahim Dalalsha, director del Centro Horizon for Political Studies and Media Outreach en Cisjordania ocupada por Israel, dijo que el alto número de muertos palestinos en el ataque podría impulsar a Egipto, Estados Unidos y Qatar a presionar con más fuerza por un acuerdo.

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Al menos 67 personas murieron en los ataques israelíes que acompañaron la operación de rescate, según el ministerio de salud de Gaza. Más de 28,000 personas en Gaza han muerto en la campaña militar de Israel, según el ministerio de salud.

“Quieren evitar más operaciones como éstas con sus bajas humanas y la posibilidad de que los rehenes sean asesinados”, dijo Dalalsha.

Desde el 7 de octubre, Israel ha llevado a cabo un intenso bombardeo aéreo e invasión terrestre, concentrándose primero en el norte de Gaza y luego avanzando hacia el sur. Ha repetido a los civiles que evacúen, desplazando a muchos de ellos en múltiples ocasiones y apretándolos constantemente en un espacio más pequeño y condiciones más precarias. Rafah ha sido la última área remanente donde se les dijo a los gazatíes que buscaran refugio, y ni siquiera ha estado inmune a los ataques aéreos.