Cuando la estudiante de derecho Chidimma Adetshina consiguió un codiciado puesto como finalista de Miss Sudáfrica, su triunfo desató una feroz reacción, desenterrando una veta de xenofobia que yace cerca de la superficie para algunos en el país.
El nombre de esta joven de 23 años sugiere su conexión con Nigeria, pero los detectives de internet querían saber más y revisaron cada rincón de su vida. Descubrieron que su padre es nigeriano y aunque su madre es sudafricana, su familia provenía de la vecina Mozambique.
“¡En nombre de los sudafricanos, no la reconocemos y ese nombre! ¡Mejor que empiece a hacer las maletas y se vaya a casa!”, estalló un comentarista en X.
Sin embargo, ¿dónde está su hogar? La Sra. Adetshina es sudafricana, según lo verificado por los organizadores del concurso de belleza. Ha dicho en entrevistas que nació en Soweto – el municipio vecino de Johannesburgo – y creció en Ciudad del Cabo.
La cuestión ha tocado una fibra sensible en Sudáfrica que va más allá de quién aparecerá en el escenario de la final el próximo fin de semana.