Con retratos, velas y flores, miles de personas de todo el mundo rindieron homenaje el viernes al líder de la oposición rusa Alexei Navalny después de que la agencia penitenciaria de Rusia anunciara que había muerto en una colonia penal del Ártico a la edad de 47 años.
Entre los rusos que viven en el extranjero, hubo una oleada de dolor. Desde Londres hasta Frankfurt y desde Belgrado hasta Buenos Aires, los seguidores del franco Navalny, uno de los críticos más acérrimos del Kremlin, se dirigieron a las embajadas y consulados rusos para expresar su sorpresa y enojo.
En Rusia, después de permitir inicialmente que la gente en varias ciudades pusiera flores en monumentos a las víctimas de la represión de la era soviética, la policía selló algunas de las áreas y empezó a hacer arrestos. En San Petersburgo, un grupo de personas agitaron las linternas de sus teléfonos móviles en el Monumento a las Víctimas de la Represión Política.
La impactante noticia llegó menos de un mes antes de unas elecciones que darán al presidente ruso Vladimir Putin otros seis años en el poder. También provocó críticas renovadas de líderes mundiales hacia el presidente ruso, quien ha reprimido la oposición en su país.
El Servicio Penitenciario Federal de Rusia dijo que Navalny se sintió mal después de un paseo el viernes y perdió el conocimiento. Llegó una ambulancia, pero los paramédicos no lograron revivirlo, dijo la agencia en un comunicado.