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En Canadá, las provincias y territorios financian los servicios de atención a largo plazo a través de los ingresos generales por impuestos. El dinero presupuestado no siempre es suficiente para cubrir todos los servicios, y algunas localidades dan prioridad a aquellos con mayores necesidades. La cantidad de subsidios que las personas pueden recibir, los costos que tienen que pagar de su bolsillo y la disponibilidad de servicios varían según la provincia y el territorio, al igual que en los Estados Unidos con los programas estatales de Medicaid. La combinación de proveedores también varía regionalmente: por ejemplo, la atención en hogares de ancianos en Quebec es principalmente a cargo de un sistema público, mientras que en Ontario son principalmente con fines de lucro. Cabe destacar que el sistema de atención a largo plazo de Canadá es independiente de su sistema de atención médica nacional, que paga hospitales y médicos sin costo alguno para los pacientes. En 2021, Canadá gastó el 1.8 por ciento de su PIB en atención a largo plazo, un 80 por ciento más que lo que gastaron los Estados Unidos.
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En Reino Unido, las autoridades locales pagan la mayor parte de la atención a largo plazo a través de impuestos y subvenciones del gobierno central. Por lo general, los proveedores privados suministran servicios. Las contribuciones gubernamentales se basan en la necesidad financiera, y generalmente se requieren copagos. Al igual que en los Estados Unidos, las personas de clase media y alta pagan la mayor parte o la totalidad de los costos por sí mismas. A diferencia de los Estados Unidos, el gobierno proporciona pagos directamente a las personas de bajos ingresos para que puedan contratar trabajadores que los cuiden en sus hogares. Además, Reino Unido ha tomado medidas para proteger a las personas de perder la totalidad de su riqueza para pagar la atención a largo plazo. Subvenciona la atención para las personas con ahorros y propiedades de menos de aproximadamente $30,000, mientras que en Estados Unidos la mayoría de las personas no califican para Medicaid hasta que hayan agotado todos sus activos excepto $2,000 a $3,000. En 2022, el gobierno propuso extender las subvenciones a personas que tienen hasta $105,000 de riqueza y propiedades, con un límite de por vida de aproximadamente $100,000 en cuánto gasta alguien en atención médica a largo plazo, excluyendo la habitación y pensión en un hogar de ancianos. Pero el plan se postergó a 2025. En 2021, Reino Unido gastó el 1.8 por ciento de su PIB en atención a largo plazo, un 80 por ciento más que lo que gastaron los Estados Unidos.
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Singapur recientemente instituyó un sistema de seguro obligatorio para atención a largo plazo para aquellos nacidos en 1980 o después. Los ciudadanos y residentes permanentes están automáticamente inscritos en un plan de seguro llamado CareShield Life a partir de los 30 años. Deben pagar primas hasta que se jubilen o cumplan 67 años (lo que ocurra más tarde) o se les apruebe el uso de servicios. El gobierno subvenciona el 20 al 30 por ciento de las primas para aquellos que ganan alrededor de $2,000 al mes o menos. Los pagos mensuales comienzan en aproximadamente $440. Las subvenciones del gobierno para hogares de ancianos y otros cuidados institucionales pueden variar entre el 10 y el 75 por ciento dependiendo de la capacidad de pago. Aquellos que ganan más de $2,000 al mes no reciben subvenciones. CareShield es opcional para los singapurenses nacidos en 1979 o antes; están cubiertos por un plan voluntario anterior. Singapur también proporciona una beca en efectivo mensual sujeta a medios económicos, este año es de aproximadamente $290, para ayudar con los gastos de cuidado.
Fuentes: Proyecto del National Bureau of Economic Research sobre comparaciones internacionales de atención a largo plazo; Kathleen McGarry, profesora de economía en UCLA; The Commonwealth Fund; Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos; sitios web gubernamentales.
Nota: Las comparaciones de gastos con Estados Unidos se basan en los datos más recientes de la OCDE e incluyen los gastos del gobierno y los programas de seguros obligatorios como porcentaje del Producto Interno Bruto de cada país, que es el valor monetario total de todos los bienes y servicios terminados producidos dentro de las fronteras de un país. Las comparaciones abarcan a personas de todas las edades y excluyen los gastos de los planes de seguro voluntarios y los costos de bolsillo. Todas las cifras de moneda están en dólares estadounidenses.