En ausencia de acuerdo sobre el futuro a largo plazo de Ucrania, sus aliados están haciendo lo posible para fortalecer sus defensas.
En diciembre, el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, dijo que “todo” se estaba considerando, incluida la provisión de sistemas adicionales de defensa aérea, en parte para proteger la infraestructura energética del país de una nueva ola de ataques coordinados de misiles y drones rusos.
Con Ucrania continuando experimentando graves escaseces de mano de obra, el Secretario de Defensa del Reino Unido, John Healey, dijo que el gobierno podría estar dispuesto a enviar tropas británicas a Ucrania para ayudar con la capacitación.
Por su parte, la administración saliente de Biden parece determinada a entregar tanta asistencia militar a Ucrania como sea posible antes de abandonar el cargo, aunque los informes sugieren que puede quedarse sin tiempo para enviar todo.
El 21 de diciembre se informó que Trump continuaría suministrando ayuda militar a Ucrania, pero exigiría que los miembros de la OTAN aumenten drásticamente sus gastos de defensa.
Los aliados de Kyiv también han continuado intensificando las sanciones contra Moscú, con la esperanza de que la economía de guerra de Rusia, que ha demostrado ser resistente de manera obstinada, finalmente pueda quebrarse.
“Ha habido una profunda frustración de que las sanciones no hayan destrozado la economía rusa más allá de toda reparación”, dijo una fuente del Congreso de EE. UU., bajo condición de anonimato.
Después de múltiples rondas de sanciones (quince de la UE solo), los funcionarios gubernamentales se han vuelto cautelosos al predecir su impacto exitoso.
Pero los indicadores recientes son cada vez más alarmantes para el Kremlin. Con tasas de interés del 23%, inflación por encima del 9%, un rublo en caída y se espera que el crecimiento se desacelere drásticamente en 2025, las tensiones en la economía rusa rara vez han parecido más agudas.
Putin está poniendo una cara valiente. “Las sanciones están teniendo un efecto”, dijo durante su conferencia de prensa al final del año, “pero no son de importancia clave”.
Junto con las pérdidas asombrosas de Rusia en el campo de batalla: funcionarios occidentales estiman que Moscú está perdiendo un promedio de 1,500 hombres, muertos y heridos, todos los días, el costo de esta guerra aún podría llevar a Putin a la mesa de negociaciones.
Pero ¿cuánto más territorio habrá perdido Ucrania – y cuántas más personas habrán sido asesinadas – para cuando se alcance ese punto?
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