Comandante rebelde del Ejército de Resistencia del Señor de Uganda en juicio

El tan esperado juicio de un niño soldado convertido en comandante del infame Ejército de Resistencia del Señor (LRA, por sus siglas en inglés) ha comenzado en Uganda.

Thomas Kwoyelo enfrenta más de 90 cargos, incluyendo asesinato, violación y reclutamiento de niños soldados.

Se convierte en el primer comandante del LRA en ser juzgado por un tribunal ugandés, marcando un momento crucial para el sistema judicial del país.

Durante una comparecencia en la corte en 2011, el Sr. Kwoyelo negó los cargos en su contra.

Ha pasado los últimos 14 años en detención previa al juicio, lo que los analistas atribuyen en parte a la escala y complejidad de los presuntos crímenes.

Joseph Kony formó el LRA en Uganda hace más de dos décadas, y afirmó luchar para instalar un gobierno basado en los 10 Mandamientos de la Biblia.

El grupo era conocido por amputar extremidades de personas y secuestrar niños para usarlos como soldados y esclavos sexuales. Cientos de miles de personas fueron desplazadas de sus hogares debido al conflicto.

La operación del grupo se centró mayormente en el norte de Uganda al principio, luego se trasladó a la República Democrática del Congo, donde el Sr. Kwoyelo fue arrestado en 2009, y más tarde a la República Centroafricana.

El juicio del viernes se está llevando a cabo en la División de Crímenes Internacionales del Alto Tribunal en Gulu, vista como la respuesta de Uganda a la Corte Penal Internacional en La Haya.

El Sr. Kwoyelo ha comparecido anteriormente en la corte como parte de audiencias previas al juicio, pero el caso ha sido pospuesto en repetidas ocasiones.

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Se espera que múltiples testigos den su testimonio en la corte.

Human Rights Watch ha criticado anteriormente los retrasos en este caso, y dice que en general ha habido una limitada rendición de cuentas por crímenes cometidos durante el conflicto de 25 años, incluyendo abusos por parte de las fuerzas estatales ugandesas.

En 2021, el comandante senior del LRA Dominic Ongwen fue condenado a 25 años de prisión por la CPI, que decidió no darle la máxima condena de cadena perpetua porque él también había sido secuestrado como niño y adoctrinado por los rebeldes que mataron a sus padres.

El Sr. Kwoyelo también afirma que fue secuestrado por combatientes del LRA en su adolescencia temprana mientras iba a la escuela.

A miles de ex miembros del LRA se les ha otorgado amnistía bajo una polémica ley ugandesa, después de abandonar y renunciar al grupo rebelde.

Pero esta opción no se le ha dado al Sr. Kwoyelo, lo que ha provocado acusaciones de que la negación fue motivada políticamente.

A medida que su caso se prolonga, existen preocupaciones de que el financiamiento pueda agotarse, lo que causaría más retrasos para la justicia que ansían sus presuntas víctimas.