Colombia prolonga el cese al fuego con el grupo disidente de las FARC en un intento de reducir la violencia en las zonas rurales.

BOGOTÁ, Colombia (AP) — El gobierno de Colombia ha extendido un alto el fuego con el grupo rebelde FARC-EMC que estaba programado para expirar esta semana, mientras ambas partes mantienen conversaciones de paz en Bogotá en un esfuerzo por reducir la violencia en zonas rurales del país.

El alto el fuego ahora durará hasta el 15 de julio, según un decreto firmado el domingo por el presidente Gustavo Petro, y requiere que los rebeldes cesen los ataques contra civiles en áreas bajo su control, una medida crucial según algunos analistas.

“Los altos al fuego que hemos visto (durante la administración de Petro) hasta ahora solo han limitado los enfrentamientos entre el gobierno y los grupos rebeldes, pero no han tenido un impacto real en la vida de las comunidades”, dijo Elizabeth Dickinson, analista de Colombia en el International Crisis Group. “Lo que veremos ahora es si este alto el fuego puede cambiar ese paradigma”.

El gobierno de Colombia anunció en octubre conversaciones de paz con el grupo disidente de las FARC-EMC después de que ambas partes acordaran un alto el fuego de tres meses.

El grupo de alrededor de 3.500 combatientes es liderado por comandantes rebeldes que no se unieron a un acuerdo de paz de 2016 entre el gobierno colombiano y el principal grupo de las FARC que puso fin a cinco décadas de guerra.

Aunque los homicidios en Colombia han disminuido desde la firma del acuerdo de paz en 2016, ha habido un aumento de la violencia en algunos rincones rurales del país, donde grupos como las Farc-EMC, el Ejército de Liberación Nacional y el Clan del Golfo luchan por el territorio abandonado por las FARC.

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La administración de Petro ha intentado mantener conversaciones de paz simultáneas con estos grupos, como parte del plan “Paz Total” del presidente. Pero los críticos dicen que los altos al fuego con los grupos rebeldes restantes de la nación han hecho poco para detener los ataques a la población, ya que los rebeldes utilizan la interrupción de hostilidades con el ejército como una oportunidad para reclutar adolescentes, extorsionar negocios locales y secuestrar civiles a cambio de generosos rescates, incluido el padre de un famoso jugador de fútbol.

El nuevo alto el fuego con el gobierno también requiere que los rebeldes no amenacen a líderes comunitarios ni controlen los movimientos de los habitantes de los pueblos rurales, a veces confinándolos en sus aldeas.

Las FARC-EMC y el gobierno han revelado pocos detalles sobre su ronda actual de conversaciones, que se llevan a cabo en la capital del país. Pero han insinuado que discutirán la implementación de proyectos económicos destinados a transformar las zonas rurales, donde los agricultores empobrecidos han optado por cultivar cultivos ilegales para sobrevivir.

Proyectos de desarrollo sostenible destinados a disminuir la deforestación también están siendo discutidos, según el principal negociador del gobierno, Camilo González Posso.

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