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Donald Trump no impuso aranceles comerciales en el primer día de su segundo mandato, como temían los mercados, pero el presidente de EE. UU. sí presentó el plan oficial para una “Política Comercial de América Primero”.
Un memorándum presidencial instó a las agencias federales a remediar “prácticas comerciales injustas” e identificar “manipuladores de divisas”. Los pactos comerciales con China, Canadá, México y todos los demás socios fueron puestos bajo revisión.
El mensaje: la administración Trump estaba lista para utilizar todos los medios para reconfigurar los flujos comerciales a su favor. Aquí hay cinco conclusiones de los primeros pasos de la agenda comercial de Trump.
Promesas firmes de ‘aranceles más pronto que tarde’
Trump mencionó los aranceles solo tres veces en su discurso inaugural, tranquilizando a inversores y socios comerciales que habían sido alertados sobre la imposición de aranceles “el primer día”. Sin embargo, delineó planes para establecer un Servicio de Ingresos Externos para recaudar aranceles, indicando planes serios para aumentar los ingresos por comercio.
Josh Lipsky, director senior del think-tank Atlantic Council, dijo que las decisiones sobre aranceles probablemente se retrasarían, pero no se abandonarían. “El presidente estaba preocupado por la reacción del mercado el martes y no quería que empañara su primer día”.
El memo de “América Primero” del presidente proporcionó un marco para la nueva agenda, anunciando una serie de revisiones sobre prácticas comerciales injustas, las razones de los déficits comerciales de EE. UU. y si los competidores están manipulando divisas e imponiendo impuestos injustos a las empresas estadounidenses.
Trump también intensificó su retórica y repitió las amenazas de aplicar aranceles del 25 por ciento a importaciones de Canadá y México, a pesar del pacto de libre comercio entre los países. Cuando se le preguntó sobre la posibilidad de imponer aranceles universales a cualquiera que haga negocios con EE. UU., el presidente dijo: “Podríamos. Pero aún no estamos listos para eso”.
“La experiencia del primer mandato es esperar aranceles más pronto que tarde”, advirtió Lipsky, añadiendo que la administración aún no contaba con un equipo económico completo y quería establecer bases legales sólidas para cualquier movimiento.
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Centrándose primero en los vecinos
Trump parece estar priorizando acciones en los socios comerciales más cercanos de EE. UU., diciendo que estaba preparando aranceles para Canadá y México que se aplicarían a partir del 1 de febrero.
Trump no tuvo reparos en golpear a aliados de EE. UU. en su primer mandato, invocando preocupaciones de seguridad nacional para imponer aranceles a importaciones de acero y aluminio. Pero al dirigirse tan públicamente a Canadá, los analistas dicen que está señalando que ningún país está a salvo del autodenominado “hombre de los aranceles”.
El memo comercial de Trump ordenó una revisión de la relaciones comerciales con Canadá y México para el 1 de abril (una fecha posterior a la advertencia de aranceles de Trump, que el presidente no explicó). Luego, comenzarían los preparativos para una revisión integral del acuerdo comercial USMCA en julio de 2026.
Una prioridad destacada en el memo comercial es la determinación de Trump de cortar la “migración ilegal y el flujo de fentanilo”, especialmente desde México y Canadá.
Muchas cadenas de suministro para fabricantes estadounidenses, especialmente fabricantes de automóviles, dependen de operaciones en los tres países y esas empresas podrían presionar a Trump para que retire sus amenazas.
El martes, el primer ministro canadiense Justin Trudeau dijo que su país estaba tomando las propuestas de Trump “en serio” y respondería si se imponen aranceles, mientras que la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, dijo que se centraría en los “decretos en lugar del discurso”.
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Una reorganización sistemática, incluyendo hacia China
Otras partes de la política del presidente cubren los medios para permitir un cambio integral en las relaciones de Washington con sus socios comerciales.
“No espero ajustes marginales”, dijo Kelly Ann Shaw, socia de la firma de abogados Hogan Lovells y ex asesora comercial de Trump. “Pero más bien una revisión de todo el abanico de herramientas comerciales y económicas que resulte en una acción significativa”.
La amplia gama de iniciativas iniciadas por el memo incluye una investigación sobre la manipulación de divisas. Trump ha acusado previamente a China de subvalorar el renminbi para impulsar el valor de sus exportaciones.
El presidente también dirigió a su representante comercial, Jamieson Greer, a revisar los acuerdos comerciales de EE. UU., incluido el limitado que se firmó durante la primera administración de Trump y que pretendía aumentar las exportaciones a China.
Varias secciones del memo dirigen a varios funcionarios económicos de EE. UU. a investigar las relaciones económicas de EE. UU. con China de manera más amplia, incluida una revisión de los aranceles existentes sobre productos chinos.
También se pidió a Greer que identificara posibles nuevos acuerdos con un acceso significativo al mercado para “trabajadores, granjeros, ganaderos, proveedores de servicios y otras empresas estadounidenses”, lo que indica que la segunda administración de Trump podría estar abierta a forjar nuevos acuerdos comerciales.
“Esto es bastante grande. Me hace pensar que en algún momento habrá un proyecto de ley comercial en el Congreso”, dijo Everett Eissenstat, socio de la firma de abogados de Washington Squire Patton Boggs. “Una vez que los proyectos de ley comerciales comienzan a avanzar, tienden a ser muy significativos y las leyes no cambian tan a menudo”.
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Utilizar el comercio como arma para lograr diferentes objetivos
Trump ha vinculado los aranceles a otros objetivos políticos, más allá de reducir los déficits comerciales.
Ha prometido aranceles a productos de la UE a menos que los miembros del bloque compren más petróleo y gas estadounidenses. Trump también sugirió el lunes que los aranceles a China podrían depender de un acuerdo sobre la propiedad de TikTok. Dijo que aplicaría aranceles a importaciones chinas de hasta el 100 por ciento si Beijing no llegaba a un acuerdo para vender al menos el 50 por ciento de la aplicación a una empresa estadounidense.
Anahita Thoms, jefa de comercio internacional de la firma legal Baker McKenzie en Alemania, dijo que Trump estaba usando amenazas arancelarias para maximizar su ventaja.
“No creo que esté mintiendo, pero lo está utilizando como herramienta de negociación”, dijo. Ahora “cada país sabrá qué concesión tendrá que hacer para estar en buenos términos”.
Las amenazas corren el riesgo de causar daños colaterales. “Los aranceles serían inflacionarios”, dijo Thoms, añadiendo que Trump no “querría hacer algo que tenga un impacto negativo en la inflación”.
Aranceles ‘globales’ e implicaciones globales
Las importaciones de EE. UU. desde países como Vietnam y México aumentaron en el primer mandato de Trump. Esto reflejó la tendencia de los fabricantes chinos que buscan evadir los aranceles estadounidenses exportando a América a través de terceros países.
El equipo comercial de Trump se ha dado cuenta de esto. Su memo insta a Greer a considerar modificaciones arancelarias adicionales para abordar el “burlar a través de terceros países”.
El memo pide a los funcionarios que consideren si se podría utilizar un “arancel suplementario global” para remediar el “déficit comercial anual grande y persistente” de EE. UU. Eso indica que algo similar al arancel universal prometido por Trump en la campaña electoral aún podría surgir.
Sus amenazas también podrían estimular a otros países a aumentar el comercio entre ellos. Desde diciembre, la UE ha alcanzado acuerdos con el grupo Mercosur de países sudamericanos y México, además de reiniciar conversaciones con Malasia después de más de una década.
En declaraciones al Financial Times, el primer ministro de Malasia, Anwar Ibrahim, dijo que el sistema comercial global sobreviviría al “shock inicial” de las barreras comerciales de Trump.
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