TALLINN, Estonia (AP) — Bielorrusia ha concedido asilo a un ex juez polaco que enfrentó cargos de espionaje en su país tras su deserción en mayo a este país aliado del Kremlin.
Un decreto publicado el viernes por Alexander Lukashenko, presidente autocrático de Bielorrusia, describió a Tomasz Szmydt como “perseguido por razones políticas” en Polonia. El país es miembro de la UE y la OTAN y ha brindado un fuerte apoyo vocal a Ucrania en su guerra contra la agresión rusa.
La deserción de Szmydt a Bielorrusia en mayo puso el foco en Polonia como un objetivo clave para la actividad de inteligencia rusa e inició una amarga disputa política sobre las circunstancias de su rápido ascenso en las filas del sistema de justicia polaco.
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Los fiscales y servicios especiales de Polonia lanzaron una investigación el mismo mes después de que medios bielorrusos informaron que Szmydt llegó al país y solicitó protección. Varsovia respondió días después poniendo a Szmydt en una lista de buscados, un paso hacia una orden de arresto internacional por acusaciones de espionaje que restringiría su capacidad de viajar internacionalmente.
Los funcionarios polacos han estado trabajando para determinar cuán dañino podría ser el conocimiento de Szmydt sobre información clasificada para los intereses de Varsovia y sus aliados occidentales. El primer ministro de Polonia, Donald Tusk, lo ha llamado públicamente traidor.
Szmydt huyó a Bielorrusia después de renunciar a su cargo como juez en el Tribunal Administrativo de Varsovia, diciendo en un comunicado público que lo hacía en protesta contra la política “dañina e injusta” de Polonia hacia Bielorrusia y Rusia. Poco después, apareció en una rueda de prensa en Bielorrusia, elogiando el régimen de Lukashenko y presentándose como víctima de represión.
Un tribunal polaco levantó más tarde ese mes la inmunidad de Szmydt, permitiendo que fuera juzgado en ausencia por acusaciones de espionaje que él ha negado.
Szmydt era conocido en Polonia por haber participado en una campaña de difamación en línea en 2019 contra otros jueces que fue patrocinada por el Ministerio de Justicia bajo el anterior gobierno de derecha. Tres años después, pareció cambiar de bando, apareciendo en un documental de TV para denunciar lo que dijo era un comportamiento antiético por parte de jueces cercanos al partido gobernante.
La deserción de Szmydt causó sorpresa en Polonia, que tiene una historia de desconfianza hacia Rusia.
Bielorrusia ha sido uno de los pocos aliados cercanos del Kremlin desde la invasión a gran escala de Ucrania por parte de Rusia en febrero de 2022, y Lukashenko ha dependido de los subsidios y apoyo de Moscú. A cambio, ha permitido a Moscú utilizar el territorio bielorruso para enviar tropas y armas al estado vecino, y desplegar armas nucleares tácticas en suelo bielorruso.
Las autoridades en Minsk han estado intensificando medidas represivas antes de una elección presidencial en enero en la que el líder autoritario busca un séptimo mandato, incluyendo la detención de cientos de personas que han mostrado solidaridad con Kiev.
Las autoridades respondieron a masivas protestas tras las ampliamente disputadas elecciones de 2020 de Lukashenko con una represión generalizada en la que cerca de 65,000 personas fueron arrestadas. Importantes figuras de la oposición fueron encarceladas o huyeron del país, y activistas de derechos humanos dicen que Bielorrusia mantiene alrededor de 1,300 presos políticos.