El presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, ha autorizado a Ucrania a lanzar ataques limitados en Rusia utilizando misiles de largo alcance fabricados en Estados Unidos, en un gran cambio de política antes de que termine su mandato en la Casa Blanca en enero, según dos personas familiarizadas con la decisión.
La acción de Biden se produce en respuesta al despliegue de miles de tropas norcoreanas para apoyar a Rusia en su guerra contra Ucrania, y después de una oleada de nuevos ataques por parte de Moscú a ciudades ucranianas durante el fin de semana. El martes marcará el milésimo día de la invasión a gran escala de Moscú a Ucrania.
Biden ha permitido que Ucrania utilice HIMARS — el Sistema de Cohetes de Artillería de Alta Movilidad Americano — para atacar objetivos en Rusia.
Pero ha resistido durante mucho tiempo permitir que Kyiv lance ataques dentro de Rusia utilizando misiles de largo alcance fabricados en Estados Unidos conocidos como el Sistema de Misiles Tácticos del Ejército, o ATACMS, argumentando que podría incrementar las tensiones con Moscú. Los misiles ATACMS tienen un alcance de hasta 300 kilómetros, o 190 millas.
Pero ahora está dejando de lado esas objeciones más de dos meses antes de dejar el cargo para dar paso a Donald Trump. El republicano es escéptico sobre el suministro de ayuda militar adicional a Ucrania y ha prometido poner fin rápidamente a la guerra, sin especificar cómo lo haría exactamente.
La Casa Blanca se negó a hacer comentarios. El Pentágono declinó responder a una solicitud de comentarios. La oficina del presidente Volodymyr Zelenskyy no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios.
Zelenskyy ha implorado durante meses a Estados Unidos y a otros socios occidentales que levanten las restricciones impuestas a las armas de largo alcance proporcionadas por ellos para ser utilizadas dentro de Rusia.
Ha argumentado que los ataques transfronterizos con los misiles ATACMS estadounidenses, los misiles británicos Storm Shadow y los misiles franceses Scalp eran necesarios para golpear a las fuerzas de Moscú antes de que pudieran lanzar nuevos ataques contra objetivos ucranianos, incluida la infraestructura crítica.
“Dos países están en nuestra contra, en contra de Ucrania”, dijo Zelenskyy el viernes, refiriéndose a Rusia y Corea del Norte. “Nos gustaría mucho tener la capacidad de utilizar armas de largo alcance contra objetivos militares en el territorio de Rusia.”
Andriy Zagorodnyuk, ex ministro de Defensa de Ucrania, dijo que el uso de los misiles ATACMS permitiría a Kyiv centrarse en “objetivos de alto valor” y “potencialmente interrumpir las operaciones rusas”.
“Hay objetivos que solo pueden ser abordados con misiles de alta capacidad de carga como los ATACMS o equivalentes aéreos. Esta es, por supuesto, una decisión que brinda a las tropas de Ucrania la oportunidad, aunque como muchas decisiones anteriores, llega después de un retraso significativo y extremadamente doloroso.”
La decisión de Biden de permitir que los ucranianos utilicen los misiles ATACMS siguió al despliegue a principios del mes pasado de unos 12,000 soldados norcoreanos en Rusia.
Esta fue la primera incursión de una fuerza militar extranjera en la guerra y una expansión importante del apoyo de Corea del Norte a la invasión de Rusia en Ucrania.
Pyongyang había proporcionado previamente a Moscú cientos de misiles balísticos y millones de proyectiles de artillería. A cambio, Moscú ha proporcionado a Pyongyang tecnologías militares para ayudar con sus programas de misiles y dinero, dijo un alto funcionario ucraniano.
En las últimas semanas, Moscú ha reunido unos 50,000 soldados, incluidos 10,000 soldados norcoreanos, antes de una ofensiva anticipada en la región de Kursk de Rusia para recuperar alrededor de 600 km2 de territorio en manos de las fuerzas ucranianas desde su incursión en agosto.
Los misiles ATACMS estadounidenses probablemente serán utilizados por primera vez por Ucrania para atacar a esas fuerzas rusas y norcoreanas en la región de Kursk.
Una evaluación de inteligencia ucraniana compartida con el Financial Times reveló que Corea del Norte ha suministrado a Rusia armas de largo alcance de cohetes y artillería, incluidos 50 obuses autopropulsados M1989 de 170 mm fabricados internamente y 20 sistemas de lanzamiento múltiple de cohetes de 240 mm actualizados.
Algunas de estas armas se han trasladado a la región de Kursk para el asalto planeado que involucra a tropas norcoreanas.
“Aunque se limite a la región de Kursk, los misiles ATACMS ponen en riesgo sistemas rusos de alto valor, áreas de ensamblaje, logística, mando y control”, dijo Michael Kofman, investigador principal del Carnegie Endowment for International Peace.
“Pueden permitir a Ucrania mantener Kursk por más tiempo y aumentar los costos para Corea del Norte por su participación en la guerra.”
Bill Taylor, ex embajador de Estados Unidos en Ucrania, dijo que la decisión de Biden hace “a Ucrania más fuerte y aumenta las posibilidades de un final justo para la guerra”.
“La decisión también podría desbloquear los misiles británicos y franceses. Posiblemente incluso alemanes”, agregó.
Cuando se le preguntó sobre el riesgo de escalada por el cambio de política de Estados Unidos, António Guterres, secretario general de la ONU, dijo a los periodistas en el G20 en Río de Janeiro: “Tenemos una posición muy coherente con respecto a la escalada en la guerra ucraniana. Queremos paz . . . en línea con la Carta de la ONU y el derecho internacional.”
Rusia aún no ha respondido a la medida. En septiembre, Vladimir Putin dijo que cualquier autorización de Estados Unidos significaría “la implicación directa de los países de la OTAN, Estados Unidos y la UE . . . Significaría que están en guerra con Rusia — y si ese es el caso, tomaremos las decisiones correspondientes.”
Los blogueros militares rusos cercanos al Kremlin respondieron con furia y frustración a la noticia en Telegram.
Rybar, un canal con más de 1.3 millones de suscriptores, dijo que la amenaza de los misiles ATACMS obligaría a los centros de mando y control, defensas aéreas y bases aéreas rusas a alejarse aún más de las líneas del frente.
Reportes adicionales de Henry Foy y Anastasia Stognei