The World Health Organization has expressed deep concern over the rampant spread of diseases such as diarrhea, chickenpox, scabies, and upper respiratory infections, particularly among younger children and immunocompromised individuals.
According to the organization, there have been over 33,500 reported cases of diarrhea since mid-October, with more than half affecting children under the age of 5. This represents a significant increase compared to pre-war levels, when there were an average of 2,000 monthly cases among children of that age.
In addition, there have been nearly 9,000 cases of scabies and lice, over 12,600 cases of skin rash, and almost 55,000 cases of upper respiratory infections in the densely populated territory. This surge in diseases has been exacerbated by the overcrowding of United Nations-run shelters, where hundreds of thousands of displaced individuals have sought refuge.
Aid agencies estimate that 1.5 million people have been displaced from their homes in Gaza, and the extent of the damage to housing is unknown, with almost half of the territory’s housing said to be damaged or destroyed.
As fuel and medicine become increasingly scarce, Gaza’s healthcare system is on the verge of collapse. Doctors are faced with the difficult task of treating ailing patients with limited resources, often having to make life-or-death decisions.
The UN’s humanitarian affairs office has warned that all of the Gaza Strip’s 120 municipal water wells are expected to shut down due to fuel depletion, exacerbating the dire situation. Aid convoys from Egypt are only able to provide 4 percent of the required water supply, further straining the region’s resources.
UNRWA-run shelters for Palestinian refugees are severely overcrowded, with an average of 160 people sharing a single toilet and only one shower available for every 700 individuals, according to the United Nations.
Spanish Translation:
La Organización Mundial de la Salud ha expresado una profunda preocupación por la propagación desenfrenada de enfermedades como la diarrea, la varicela, la sarna y las infecciones respiratorias superiores, especialmente entre niños pequeños e individuos inmunocomprometidos.
Según la organización, se han reportado más de 33,500 casos de diarrea desde mediados de octubre, con más de la mitad afectando a niños menores de 5 años. Esto representa un aumento significativo en comparación con los niveles anteriores a la guerra, cuando había un promedio de 2,000 casos mensuales entre niños de esa edad.
Además, ha habido cerca de 9,000 casos de sarna y piojos, más de 12,600 casos de erupción de la piel y casi 55,000 casos de infecciones respiratorias superiores en el territorio densamente poblado. Este aumento de enfermedades ha sido exacerbado por el hacinamiento en los refugios dirigidos por las Naciones Unidas, donde cientos de miles de personas desplazadas han buscado refugio.
Las agencias de ayuda estiman que 1.5 millones de personas han sido desplazadas de sus hogares en Gaza, y se desconoce la magnitud del daño a la vivienda, con casi la mitad de la vivienda del territorio dañada o destruida.
A medida que el combustible y los medicamentos escasean cada vez más, el sistema de atención médica de Gaza está al borde del colapso. Los médicos se enfrentan a la difícil tarea de tratar a pacientes enfermos con recursos limitados, a menudo teniendo que tomar decisiones de vida o muerte.
La oficina de asuntos humanitarios de la ONU ha advertido que se espera que todos los 120 pozos de agua municipales de la Franja de Gaza se cierren debido al agotamiento del combustible, exacerbando la situación precaria. Los convoyes de ayuda de Egipto solo pueden proporcionar el 4 por ciento del suministro de agua requerido, lo que agrava aún más los recursos de la región.
Los refugios dirigidos por la UNRWA para refugiados palestinos están severamente abarrotados, con un promedio de 160 personas compartiendo un solo inodoro y solo una ducha disponible para cada 700 individuos, según las Naciones Unidas.