“Más de 30 víctimas han sido identificadas. Vivían 25 en una habitación en condiciones insalubres, y eran obligadas a trabajar al menos 12 horas al día, siete días a la semana, por un salario minúsculo. Los perpetradores preferían a las víctimas que provenían de centros de acogida, quienes eran fácilmente persuadidas y explotadas por falsas promesas”, según los fiscales rumanos especializados en luchar contra el crimen organizado. Las víctimas eran forzadas, incluso a través de actos de violencia, a trabajar horas que eran física y psicológicamente insoportables… y a vivir en condiciones inhumanas, bajo vigilancia permanente. Se les obligaba a trabajar, a menudo afuera en el frío, sin ropa de trabajo adecuada o equipo de protección, y se les negaba alimentos adecuados y atención médica. Sus documentos fueron confiscados para evitar que escaparan, añadieron las autoridades. Seis de los arrestados son de la misma familia en la ciudad de Sfântu Gheorghe en Székelyföld en Rumania, que es hogar de una gran comunidad húngara. Setenta agentes de policía húngaros participaron en redadas al amanecer el martes, incautando documentos, vehículos, 100,000 euros (83,000 libras) en efectivo y joyas de oro utilizadas por la banda. En Rumania, tres casas fueron allanadas por la policía en los pueblos de Ozun y Chilieni.”