En el último mes, Bengal Occidental ha visto varios casos de linchamiento por turbas y violencia en lugares públicos, lo que ha resultado en la muerte de algunas víctimas inocentes y la lesión de varias más. Todos estos eventos señalan un problema más grande de creciente angustia, lo que resulta en que tomen la ley y el orden en sus propias manos sin pensarlo dos veces. Expertos en el campo apuntan a la mayor desconfianza en el sistema junto con la prevalencia de problemas de salud mental entre la población como la razón de estos incidentes.
Ranjit Sur, miembro de la Asociación para la Protección de los Derechos Democráticos (APDR), una organización de derechos humanos, dice: “La falta de empleo ha alcanzado un estado extremo en Bengala. La gente no tiene trabajo. Hay mucha frustración y enojo en la gente. Volverse violento es solo una forma de expresar esa ira y frustración. Estos incidentes señalan un problema mucho más grande”.
Se reportaron muertes por linchamiento en Kolkata, Salt Lake, Jhargram, Tarakeshwar y Bhangar. Los jóvenes en todos estos casos fueron golpeados por sospecha de robo menor.
En incidentes de violencia de turbas reportados en Chopra y Fulbari en el norte de Bengala, mujeres fueron golpeadas por acusaciones de affair extra matrimonial. El norte de 24 Parganas en Bengala reportó cinco casos diferentes de violencia de turbas en el último mes donde la sospecha de secuestro de niños desencadenó el asalto. En algunos casos, también se acusó a líderes locales y trabajadores del partido gobernante de participar en la violencia.
Irshad Alam, quien fue golpeado dentro del Albergue del Gobierno Udayan en Kolkata, fue una de las primeras víctimas de linchamiento por turbas en el último mes. Su esposa Salma Khatun dice: “Mi vida, mi hogar fue destruido en un día. ¿Cuál fue su culpa? Solo estaba reparando un televisor en el albergue. Lo golpearon sin piedad sin ninguna prueba de que robó el teléfono”. Para cuando el Sr. Khatun llegó al Colegio Médico de Calcuta, su esposo ya había fallecido.
Hasta ahora, la policía ha arrestado a 15 personas en este caso, todos entre 21-28 años de edad, todos estudiantes actuales o ex estudiantes de varios colegios en la ciudad. Sus vidas también han sido destruidas por esta violencia, señala Madina Begum, hermana de Alam. “Los sueños de los padres para sus hijos se destruyeron. Vinieron aquí para convertirse en médicos, ingenieros u oficiales. Esta violencia destruyó tanto sus vidas como las nuestras. ¿Qué ganaron?”