Fuente: Desconocido
La historia de Ibrahim Hasouna es una de las muchas tragedias en medio de la guerra en Gaza. Perdió a toda su familia en un bombardeo de la Franja de Gaza por parte de aviones de combate israelíes. La casa que alquilaban en Rafah fue reducida a escombros, matando a sus padres, a sus dos hermanos, y a la esposa y tres hijos de uno de ellos. Un total de 74 palestinos murieron en el bombardeo, incluyendo 27 niños y 22 mujeres.
La incursión israelí ha planteado temores sobre lo que podría suceder si Israel cumple con las promesas de atacar Rafah y destruir a Hamas, que opera en esa región. Con más de la mitad de la población de la Franja de Gaza refugiada allí, el impacto sería masivo.
El joven de 30 años relata momentos de su vida en esa casa, cómo su familia había comprado tres pollos para un festín la noche anterior a la incursión y cómo él decidió quedarse a dormir en casa de un amigo en vez de ir a cenar creyendo que tendría más oportunidades para disfrutarla.
El relato muestra la pérdida y el sufrimiento de la gente común. Refleja el absurdo de una guerra que, hasta la fecha, ha cobrado más de 28,000 vidas palestinas, aproximadamente un 70% de ellas mujeres y niños, según el Ministerio de Salud de Gaza.
El pueblo de Rafah es solo un microcosmos de la tragedia que se vive en Gaza. Las familias huyen de un lugar a otro en un desesperado intento por escapar del conflicto, solo para encontrarse atrapadas en medio del fuego cruzado.
Israel ha prometido erradicar a Hamas de Gaza y obtener la liberación de más de 100 rehenes todavía en manos del grupo después de los ataques del 7 de octubre. Mientras tanto, la esperanza de que se llegue a una solución diplomática parece desvanecerse lentamente en la nube de escombros y cuerpos sin vida.