Últimas cifras de las Naciones Unidas indican que más de 220,000 personas han sido obligadas a abandonar sus hogares después de años de inseguridad y violencia por parte de grupos armados. Una vez más se ha demostrado que la situación en Chad es grave.
El ataque del domingo es uno de los peores sufridos por los soldados chadianos desde 2020, cuando unos 100 soldados murieron en un asalto que llevó al entonces presidente Idriss Déby a lanzar una operación contra militantes islamistas. Los residentes locales culpan a Boko Haram por el ataque y afirman que al menos 200 soldados estaban estacionados en la guarnición en ese momento.
Los atacantes tuvieron tiempo de apoderarse de municiones y equipos antes de retirarse. Esto es un golpe para el Presidente Déby, quien es un soldado de élite por formación y el hijo del ex presidente que murió hace tres años en batalla con rebeldes cerca de la frontera con Libia.
En sus comunicaciones públicas, la presidencia de Chad ha presentado a Déby como un líder práctico con conocimientos militares, quien visitó el lugar del ataque temprano el lunes, “evaluando la situación en el terreno, rindiendo homenaje a los soldados fallecidos, mostrando compasión a los heridos y levantando la moral de sus hermanos de armas”.
La cuenca del Lago Chad está bordeada por Camerún, Chad, Níger y Nigeria, todos los cuales forman parte de una Fuerza Conjunta Multinacional que busca acabar con los grupos armados que operan en la región.
Islamistas “suelen regrouparse cuando se retiran las tropas”, y se necesita una mejor financiación y planificación, según el Grupo Internacional de Crisis.
En los últimos años ha habido varios golpes de estado en la región, en Níger, Malí y Burkina Faso. Los militares de cada país citaron la incapacidad para hacer frente a la amenaza de los militantes islamistas como una de las razones para la destitución de los gobiernos civiles.
El analista Paul Melly escribe que, rodeado de tantas crisis regionales, Chad se destaca como una isla de asociación estable continuada con Occidente – y ahora está profundizando las relaciones con Rusia en un plan que irrita y presiona a Francia y a los EE.UU.
Se ha informado que Chad se ha convertido en un importante canal para el flujo de armas hacia Sudán, aunque lo niega, y está acogiendo a un gran número de refugiados de la guerra civil de Sudán en campamentos cerca de su frontera oriental.