Antiguo parásito intestinal atrapado en resina podría desencadenar escenario de Parque Jurásico

Los parasitólogos en China han descubierto uno de los fósiles de tenias más antiguos del mundo, y podrían tener en sus manos los únicos restos fósiles de tenias que no son rastros de otro animal.

El gusano atrapado en resina representa una de las familias de parásitos más antiguas que aún existen hoy en día y data del Período Cretácico, hace 100 millones de años.

El equipo de la Academia China de Ciencias encontró la muestra en ámbar de Kachin, originaria del Valle de Hukawng en el norte de Myanmar. El gusano parece haberse arraigado en los intestinos de un tiburón prehistórico o una raya, para luego desprenderse después de que el huésped se convirtió en cena de un dinosaurio.

La muestra no solo parece ser un avance en el estudio evolutivo de los parásitos, sino que también está sorprendentemente completa. Microestructuras como tentáculos en forma de garfio que el animal usaba para aferrarse y alimentarse de los huéspedes siguen intactos.

Un hallazgo poco común

Es raro encontrar fósiles detallados de gusanos planos o tenias debido a que sus cuerpos son muy blandos. Wang Bo, el investigador principal del estudio, explicó la importancia.

“El registro fósil de las tenias es extremadamente escaso debido a sus tejidos blandos”, dijo Wang a Phys.org, “lo que dificulta enormemente nuestra comprensión de su evolución temprana”.

Wang continuó verificando que su equipo “informó el primer fósil corporal de una tenia”.

Con un descubrimiento tan ordenado, solo queda un gran paso para que los investigadores inicien un Parque Jurásico.

Teóricamente, los ingenieros genéticos podrían extraer el ADN de los huéspedes del gusano fosilizado. La mayoría de las tenias necesitan dos o más huéspedes para completar un ciclo de vida completo, por lo que incluso existe la posibilidad de una oferta especial de dos por uno.

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Sin embargo, los resultados de tal ingeniería conjetural podrían ser un verdadero cajón de sastre. Las tenias infectan a todos los principales grupos de vertebrados, incluidos humanos y ganado.

Pero al equipo de investigación no parece preocuparle si podrían darle al Antropoceno su primer T-Rex, o simplemente otro cocodrilo, tiburón o raya, también vivos durante el Cretácico. En cambio, sus autores se centran en lo que pueden aprender del propio hallazgo.

“Nuestros resultados muestran que el ámbar puede preservar la estructura interna de helmintos como las tenias en escalas geológicas”, dijo Wang a Phys.org. “Destaca la importancia de la investigación en ámbar en paleoparasitología”.

El artículo
Es un gran hallazgo para la comunidad científica,conociendo la importancia de la investigación en ámbar en paleoparasitología.