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Por James Oliphant y Gram Slattery
WASHINGTON (Reuters) – En un país que ya está en alerta máxima, el intento de asesinato del ex presidente Donald Trump ha enojado a sus seguidores, pausado la campaña demócrata y ha generado temores de más violencia política en la previa a las elecciones de noviembre.
Los aliados republicanos de Trump lo presentaron como un héroe el sábado, aprovechando la imagen de él con la oreja ensangrentada y el puño levantado, aparentemente diciendo las palabras “¡Lucha! ¡Lucha! ¡Lucha!”
Mientras que Trump ha utilizado regularmente un lenguaje violento con sus seguidores, asesores y aliados del ex presidente cambiaron el guion hacia su oponente demócrata, el presidente Joe Biden, diciendo que fue la demonización del candidato presidencial republicano lo que llevó al intento de asesinato.
“Hoy no es solo un incidente aislado. La premisa central de la campaña de Biden es que el presidente Donald Trump es un autoritario fascista que debe ser detenido cueste lo que cueste. Esa retórica llevó directamente al intento de asesinato del presidente Trump”, dijo el senador de EE.UU., J.D. Vance de Ohio, uno de los principales candidatos a ser compañero de fórmula de Trump, en X.
Biden actuó rápidamente para tratar de calmar la situación, denunciando el ataque como violencia política inaceptable y retirando anuncios de campaña que atacaban a Trump.
“No hay lugar en América para este tipo de violencia. Es enfermizo”, dijo Biden a los reporteros.
Aún no se conoce la motivación del atacante. El sospechoso, Thomas Matthew Crooks, de 20 años, de Bethel Park, Pennsylvania, estaba registrado como republicano según registros de votantes estatales. Anteriormente, hizo una donación de $15 a un comité de acción política que recauda dinero para políticos de tendencia izquierdista y demócratas.
A corto plazo, el ataque probablemente aumentará las apariciones de Trump en Milwaukee esta semana en la Convención Nacional Republicana mientras acepta la nominación presidencial de su partido, fortaleciendo el sentimiento de agravio y alejamiento que sus seguidores ya sienten hacia la clase política del país.
Horas después del tiroteo, la campaña de Trump envió un mensaje pidiendo a los votantes que contribuyeran a la campaña. “No van tras mí, van tras ustedes”, decía el mensaje.
Los multimillonarios Elon Musk y Bill Ackman también respaldaron rápidamente a Trump. “Apoyo completamente al presidente Trump y espero su pronta recuperación”, dijo Musk en X, la red social que posee.
Chris LaCivita, el co-gerente de la campaña de Trump, dijo en X que “durante años e incluso hoy, activistas de izquierda, donantes demócratas e incluso Joe Biden han hecho comentarios repugnantes y descripciones de disparar a Donald Trump… ya es hora de que rindan cuentas por ello… la mejor manera es a través de las urnas.”
LaCivita aparentemente se refería a comentarios recientes de Biden hechos en el contexto de pedir a sus seguidores que se concentren en vencer a Trump en lugar de en su propio desempeño. “Entonces, hemos terminado de hablar sobre el debate, es hora de colocar a Trump en el blanco”, dijo Biden, quien siempre ha condenado cualquier violencia política.
ATAQUES POLÍTICOS
EE.UU. está lidiando con el aumento más grande y sostenido de violencia política desde la década de 1970. De 14 ataques políticos mortales desde que los seguidores de Trump asaltaron el Capitolio de EE.UU. el 6 de enero de 2021, en los que el perpetrador o sospechoso tenía una tendencia partidista clara, 13 fueron perpetrados por atacantes de derecha. Uno fue de izquierda.
A pesar de ser un ex presidente, Trump ha hecho campaña como un insurgente externo, quejándose de que desde hace mucho tiempo ha sido objetivo del “estado profundo” federal y de la administración de Biden para evitar que recupere el poder.
Típicamente ha empleado un lenguaje violento, degradante e incluso apocalíptico al hacerlo, advirtiendo de una “masacre” si no es elegido y diciendo que los inmigrantes en Estados Unidos ilegalmente están “envenenando la sangre de nuestro país”.
Algunos republicanos ya estaban agitados por su continuo avivamiento del fuego.
“Si el país no era un polvorín antes, lo es ahora”, dijo Chip Felkel, un operador republicano en Carolina del Sur que ha sido contrario a Trump.
Brad Bannon, un estratega demócrata, dijo que el tiroteo podría beneficiar a Trump políticamente porque alimenta su narrativa de campaña de que el país está desviado.
“El intento de asesinato crea simpatía por Trump”, dijo Bannon. “También confirma la idea a los votantes de que algo está fundamentalmente mal en esta nación, una idea que impulsa el apoyo a él”.
En mayo, Trump fue encontrado culpable de involucrarse en un plan para encubrir una aventura con una actriz porno, una condena que poco cambió la carrera y sugirió que los partidarios de ambos lados siguen firmes en sus posiciones.
Biden ha enfrentado un debate dentro de su propio partido sobre si debería renunciar como candidato demócrata debido a preocupaciones de que ya no esté en forma para el cargo. Él dice que sus doctores le han dicho que está en buena forma. Trump ha beneficiado en algunas encuestas del desastroso desempeño de Biden en el debate del mes pasado, pero otras muestran que la carrera está pareja.
Muchos votantes ya se han sentido alienados por ambos Biden y Trump. El caos que rodea a los candidatos puede contribuir a que los votantes sientan que los problemas de la nación son insolubles y que la brecha entre los partidos no se puede salvar.
El representante de EE.UU., Steve Scalise, un republicano que fue baleado por un pistolero en 2017, dijo a Fox News que la retórica violenta en las elecciones necesita detenerse.
“Lo único que se necesita es que una persona desequilibrada escuche eso y salga y actúe en consecuencia, y piense que esa es su señal de ir a eliminar a alguien,” dijo él.