Pero poco después de ser liberados, otros miembros de la familia les contaron más sobre lo que había sucedido el día en que fueron secuestrados: su padre también fue llevado. Y su madre había sido asesinada.
Su tío, Ahal Besorai, dijo que el pensamiento de ser consolados por su madre y su padre había mantenido a los adolescentes durante su cautiverio. “Esto se les negó”, dijo.
Docenas de rehenes israelíes y de doble nacionalidad han sido liberados desde que Israel y Hamás acordaron un alto el fuego temporal el viernes pasado. Muchos de ellos, incluidos Noam y Alma, están aprendiendo por primera vez que sus familiares fueron asesinados el 7 de octubre o siguen siendo rehenes.
Channah Peri, de 79 años, llamó a su hija, Ayelet Svatitzky, después de cruzar la frontera de regreso a Israel, e inmediatamente preguntó por su hijo, Roi Popplewell. La Sra. Svatitzky no quería decirle a su madre por teléfono que había sido asesinado el 7 de octubre. En su lugar, le dijo a su madre que ella estaría esperándola en el hospital. Pero su madre entendió lo que el desvío significaba: su hijo había fallecido.
Antes, cuando los guardias le dijeron a la Sra. Peri que iba a ser liberada, trató de aferrarse al brazo de su otro hijo, Nadav Popplewell, quien había sido secuestrado con ella pero no estaba en la lista para ser devuelto a Israel. El Sr. Popplewell estaba durmiendo en colchones en el suelo de la habitación subterránea donde estaban detenidos, dijo la Sra. Svatitzky.
Su hija dijo que tuvo que explicarle más tarde a su madre que él no era elegible para su liberación porque, según el acuerdo entre Israel y Hamás, solo las mujeres y los niños fueron liberados.
“Está traumatizada”, dijo la Sra. Svatitzky. “Y está de luto”.
El proceso de recuperación puede variar para cada uno de los rehenes, según Elizabeth Smart, quien fue secuestrada en su dormitorio en Salt Lake City en 2002 cuando tenía 14 años y estuvo cautiva durante 9 meses.
“Las emociones iniciales después de ser rescatados son alegría y alivio”, dijo. “Es un milagro, y es una respuesta a la oración”.
Añadió que pueden encontrarse con que diferentes recuerdos y recordatorios sensoriales, como imágenes, olores y sonidos, pueden desencadenar una respuesta emocional inesperada.
Noam y Alma ahora están alojados en Tel Aviv con sus abuelos y su hermano mayor, quien estaba en el norte de Israel durante los ataques del 7 de octubre, dijo su tío, el Sr. Besorai. Dijo que los niños pidieron que no revelara demasiados detalles sobre sus condiciones en Gaza, más allá de que era “muy desagradable”.
Noam y Alma están tratando de establecer un sentido de normalidad, dijo el Sr. Besorai. Ven a amigos y seres queridos. Van a restaurantes.
Aun así, nada se siente normal ya, dijo.