El politólogo e historiador francés Alfred Grosser, cuyos escritos y activismo jugaron un papel crucial en la reconciliación de dos enemigos ancestrales, Francia y Alemania, en la posguerra de la Segunda Guerra Mundial, falleció el 7 de febrero en París. Tenía 99 años.
Su muerte, en una residencia de ancianos, fue confirmada por su hijo Marc.
A través de más de dos docenas de libros de historia, ciencia política y memorias, décadas de enseñanza en una de las universidades más importantes de Francia y numerosos artículos sobre temas contemporáneos, el Sr. Grosser hizo de la reconciliación de dos países con historias de mutua desconfianza, si no odio mutuo, su trabajo de vida.
La necesidad de reconciliación, sintió, era aguda después de una guerra que dejó a Alemania en ruinas, dio origen a atrocidades alemanas en suelo francés, desgarró el tejido social y político de Francia a través de los traumas de la ocupación y colaboración, y también desgarró a su propia familia judía alemana. Era tan escéptico de la pureza francesa después de la guerra como de la necesidad de condenar colectivamente a los alemanes.
Su muerte, en una residencia de ancianos, fue confirmada por su hijo Marc.
A través de más de dos docenas de libros de historia, ciencia política y memorias, décadas de enseñanza en una de las universidades más importantes de Francia y numerosos artículos sobre temas contemporáneos, el Sr. Grosser hizo de la reconciliación de dos países con historias de mutua desconfianza, si no odio mutuo, su trabajo de vida.
La necesidad de reconciliación, sintió, era aguda después de una guerra que dejó a Alemania en ruinas, dio origen a atrocidades alemanas en suelo francés, desgarró el tejido social y político de Francia a través de los traumas de la ocupación y colaboración, y también desgarró a su propia familia judía alemana. Era tan escéptico de la pureza francesa después de la guerra como de la necesidad de condenar colectivamente a los alemanes.