El político nigeriano Alex Ikwechegh ha causado indignación después de que fue captado en video abofeteando y insultando verbalmente a un taxista que entregaba comida en su casa. Lamentablemente, es común en Nigeria que los funcionarios y otros “hombres importantes” utilicen su poder para intimidar a ciudadanos comunes con la frase familiar: “¿Sabes quién soy?” – un recordatorio del estatus intocable que creen que tienen. Los políticos, incluidos muchos diputados, a menudo también intimidan al público viajando en grandes caravanas, con escoltas policiales y sirenas estridentes. Pero este último caso es especialmente decepcionante porque Ikwechegh, a sus 42 años, forma parte de una generación más joven de políticos. La campaña “No Tan Joven Para Gobernar” fue iniciada hace algunos años por organizaciones de la sociedad civil para fomentar la participación de más jóvenes en la política nigeriana. Con el 70% de la población del país menor de 35 años, la iniciativa tenía como objetivo reducir los límites de edad para postularse para un cargo, permitiendo a los jóvenes nigerianos aportar nuevas ideas y un enfoque fresco al liderazgo. Tuvo éxito en 2018, reduciendo los requisitos de edad mínima para varios cargos y aumentando el número de candidatos jóvenes del 6% al 27% en solo un año. La edad para postularse a la Cámara de Representantes – la cámara baja del parlamento – se redujo de 30 a 25, el Senado y el gobierno de 35 a 30, y la presidencia de 40 a 30. Dado que la edad mediana de Nigeria es solo de 18 años, muchos esperaban que los líderes más jóvenes rompieran los viejos patrones de opresión y privilegios. Pero las acciones de Ikwechegh muestran algunos de los mismos comportamientos antiguos que muchos jóvenes nigerianos esperaban dejar atrás. Lamentablemente, su caso no es único. Hace dos años, el entonces senador más joven de Nigeria, Elisha Abbo, que tenía 41 años en ese momento, fue filmado abofeteando a un asistente de tienda después de acusarla de “insultarlo”. La amenazó con ser arrestada e incluso llamó a un oficial de policía para llevarlo a cabo. El incidente fue captado por las cámaras de seguridad y eventualmente llevó a Abbo, que ya no es senador después de perder las elecciones el año pasado, a disculparse. Pero puso al descubierto lo arraigada que está esta cultura de abuso de poder.