Sharief al-Homsi tembló, sujetó sus brazos y fingió pasar por la retirada del régimen sirio.
De pie frente a una audiencia en Damasco, contaba un chiste que habría sido impensable hasta hace unas semanas, cuando el presidente Bashar al-Assad fue derrocado repentinamente después de más de cinco décadas de su régimen opresivo.
“Necesitamos centros de rehabilitación. No puedes simplemente quitar a este tipo de nuestra vida así como así, tiene que ser gradual”, dijo el comediante y guionista de 33 años, describiendo los omnipresentes carteles y portadas de revistas que representan a la dinastía al-Assad, provocando risas en la multitud. Continuó temblando. “Nos preguntarán a qué droga estábamos adictos; diremos, ‘Bashar al-Assad'”.
Era una noche de stand-up a finales de diciembre en la Galería de Arte Zawaya en el corazón de la capital siria. La mitad de los comediantes que actuaron esa noche habían estado viviendo en el extranjero después de huir del país durante la guerra civil de 13 años que terminó con la destitución del Sr. al-Assad.