El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, expresó su preocupación por la influencia maligna rusa y el apoyo al separatismo en Bosnia y Herzegovina durante un viaje a la capital bosnia de Sarajevo el 20 de noviembre.
Rusia está apoyando abiertamente al presidente separatista prorruso Milorad Dodik de la Republika Srpska, la entidad serbia de Bosnia.
La estructura gubernamental se remonta a la brutal guerra en la década de 1990 que mató a más de 100,000 personas. Tras un acuerdo de paz en 1995, el país se dividió en dos entidades, la Republika Srpska de Bosnia y una federación gobernada por croatas y musulmanes bosnios.
Dodik ha llamado regularmente a la separación de Bosnia y Herzegovina, proponiendo que la Republika Srpska se una a la vecina Serbia.
“Los Aliados apoyan firmemente la soberanía y la integridad territorial de Bosnia-Herzegovina,” dijo Stoltenberg a los periodistas. “Estamos preocupados por la retórica secesionista y divisiva, así como la maligna injerencia extranjera, incluida Rusia.”
Se especula que Rusia ha estado tratando de fomentar disturbios en los Balcanes para desviar la atención global lejos de Ucrania.
La Oficina de Control de Activos Extranjeros del Departamento del Tesoro de EE. UU. (OFAC) anunció sanciones contra ocho individuos y seis entidades en los Balcanes por corrupción y por facilitar la influencia maligna rusa en la región el 17 de noviembre.
“Rusia ha seguido utilizando su influencia en los Balcanes occidentales para obstaculizar la integración de la región en instituciones y organizaciones internacionales, así como aprovechar jurisdicciones clave para facilitar sus actividades desestabilizadoras agresivas,” dijo el Subsecretario del Tesoro para Terrorismo e Inteligencia Financiera, Brian E. Nelson.
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