El gobierno británico está bajo una creciente presión para suspender las ventas de armas a Israel después del ataque a un convoy en Gaza que mató a siete trabajadores humanitarios, incluidos tres británicos. Más de 600 abogados y jueces retirados enviaron una carta al gobierno, argumentando que las ventas violaban el derecho internacional.
Citando el riesgo de hambruna entre los palestinos, un posible asalto militar israelí a la ciudad de Rafah y el dictamen de la principal corte de la ONU de que había un “riesgo plausible” de genocidio en Gaza, los abogados instaron al primer ministro Rishi Sunak a “suspender la provisión de armas y sistemas de armas” a Israel.
“Se requiere una acción seria”, concluyó la carta de 17 páginas enviada el miércoles, “para evitar la complicidad del Reino Unido en graves violaciones del derecho internacional, incluidas posibles violaciones de la Convención sobre el Genocidio”.
Entre los firmantes se encuentran Brenda Hale, ex presidenta del Tribunal Supremo de Gran Bretaña; Jonathan Sumption y Nicholas Wilson, ex jueces del tribunal; y docenas de abogados más prominentes del país.
El Sr. Sunak ha endurecido sus críticas a la conducta de Israel en la guerra en las últimas semanas, aunque sin llegar a medidas punitivas. El martes, le dijo al primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, que el ataque al convoy de World Central Kitchen, en el que murieron los tres británicos, fue “horrendo”.
Pero el Sr. Sunak no ha dado señales de que esté considerando detener las ventas de armas. Al hablar con The Sun, un tabloide de Londres, el miércoles, dijo: “Siempre hemos tenido un régimen de licencias de exportación muy cuidadoso al que nos adherimos. Hay un conjunto de reglas, regulaciones y procedimientos que siempre seguiremos”.
El comercio de armas de Gran Bretaña con Israel está lejos del de Estados Unidos. Grant Shapps, el secretario de Defensa, dijo al Parlamento que las exportaciones británicas a Israel totalizaron 42 millones de libras (53 millones de dólares) en 2022, una cifra que describió como “relativamente pequeña”. Vende piezas para aviones militares, rifles de asalto y artefactos explosivos. Bajo un acuerdo de 10 años alcanzado en 2016, Estados Unidos proporciona 3.800 millones de dólares anuales en ayuda militar a Israel.
Pero el ataque al convoy humanitario ha provocado furia en todo el Reino Unido, dominando las portadas de los periódicos y los informativos de televisión. La familia de una de las tres víctimas británicas, John Chapman, dijo en un comunicado: “Murió tratando de ayudar a la gente y fue objeto de un acto inhumano”.
Gran Bretaña convocó al embajador de Israel para presentar una objeción formal y exigió una investigación sobre el ataque, que el Sr. Netanyahu calificó como un trágico accidente en la niebla de la guerra.
Esa explicación es poco probable que calme el creciente coro de condena. Varios miembros del Parlamento del Partido Conservador del Sr. Sunak también han exigido que se detengan las ventas de armas, al igual que Peter Ricketts, quien fue asesor de seguridad nacional de David Cameron, el actual secretario de Relaciones Exteriores, cuando era primer ministro.
“A veces, en un conflicto, se produce un momento en el que hay tal indignación global que cristaliza un sentido de que las cosas no pueden seguir así”, dijo el Sr. Ricketts a la BBC el miércoles. “Espero que este terrible incidente sirva para ese propósito”.
El Sr. Cameron, quien estaba en Bruselas el jueves para un segundo día de reuniones de ministros de Relaciones Exteriores de la OTAN, dijo que Israel necesitaba no solo permitir que más ayuda humanitaria llegara a Gaza, sino también asegurarse de que los convoyes pudieran transportarla por todo el enclave sin incidentes mortales adicionales.
“Gran Bretaña estará observando muy de cerca para asegurarse de que eso suceda”, dijo el Sr. Cameron a los reporteros el miércoles.
El Partido Laborista, que lidera por dos dígitos a los Conservadores en las encuestas de opinión, dijo que Gran Bretaña debería suspender las ventas de armas si se descubre que Israel ha violado el derecho internacional. “Debo decir que tengo graves preocupaciones”, dijo David Lammy, secretario de Relaciones Exteriores en la sombra del partido, a los reporteros.