A medida que Trump intensifica redadas de inmigración, algunos migrantes se van a la clandestinidad

Otro migrante indocumentado, un mexicano llamado Carlos que vive en la ciudad de Nueva York, le dijo a la BBC que las preocupaciones sobre posibles arrestos han llevado a algunos a esconderse. “Escuchamos que ICE fue a un edificio no muy lejos de mí”, dijo Carlos, cuyo hijo es ciudadano estadounidense nacido en Nueva York. Como Gabriela, Carlos inicialmente estaba optimista con cautela sobre la victoria electoral de Trump y pensaba que se beneficiaría indirectamente de las promesas de Trump de impulsar la economía y reducir la inflación. “Da miedo. He estado evitando estar en la calle más de lo necesario”, agregó. “No tengo problema con que arresten a criminales. Pero seguimos escuchando que otras personas, trabajadores, también están siendo llevados”. Tanto Gabriela como Carlos pidieron ser identificados solo por sus nombres, temiendo represalias o atención de las autoridades. No está claro cuántos de los arrestados tienen antecedentes penales y cuántos son lo que la primera administración de Trump llamó “arrestos colaterales”. NBC ha informado que el 26 de enero, solo el 52% de los detenidos fueron considerados “arrestados criminales”, citando a funcionarios de la administración. La BBC ha contactado a la Casa Blanca para comentar sobre las cifras. Cuando se le preguntó sobre el número en una rueda de prensa el martes, la Sra. Leavitt dijo que cualquiera que “quebrantara las leyes de nuestra nación” es un criminal. Las redadas de ICE forman parte de un esfuerzo más amplio de la administración Trump para frenar la migración indocumentada hacia los Estados Unidos, que también ha incluido la declaración de una emergencia en la frontera sur y la expansión de procesos que permiten expulsiones rápidas. El jueves, Trump firmó la llamada ley Laken Riley, que requiere que los inmigrantes indocumentados arrestados por robo o delitos violentos sean detenidos en la cárcel hasta el juicio. El proyecto de ley, nombrado en honor a Laken Riley, una estudiante de enfermería de Georgia asesinada el año pasado por un hombre venezolano, fue aprobado por el Congreso la semana pasada, una primera victoria legislativa para la administración. En la firma, Trump dijo que el gobierno tomaría medidas para establecer una instalación de 30,000 personas para detenidos indocumentados, duplicando la capacidad de detención del gobierno y llevando a Estados Unidos “un paso más cerca de eliminar la lacra del crimen migrante”.

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