KIBBUTZ NAHAL OZ, Israel (AP) — Meses después de que Hamas matara a 1,200 personas en un asalto en la madrugada, las comunidades israelíes devastadas en el ataque siguen mayormente vacías. Ahora, los residentes que huyeron de estos “kibbutzim” a lo largo de la frontera con Gaza están lidiando con la decisión de si, cómo y cuándo regresar, opciones que tienen implicaciones no solo para sus familias, sino también para el país. Aquí hay algunas conclusiones clave:
Antes del 7 de octubre, comunidades marcadas por la contradicción
Los kibbutzim, que durante décadas han ejemplificado la resistencia israelí, siempre han sido un paradigma. Muchos de los que se encuentran a lo largo de la frontera con Gaza fueron construidos en o cerca de los sitios de antiguos pueblos palestinos. A lo largo de los años, los residentes trataron de mantener relaciones económicas con las personas que vivían en Gaza, la mayoría de los cuales son refugiados o descendientes de ellos. Los residentes de los kibbutzim apreciaban la vida en las comunidades como algo casi idílico. Sin embargo, mucho antes del 7 de octubre, muchos de ellos eran blanco de frecuentes ataques con cohetes.
El trauma persiste mientras la guerra se extiende
Más de cinco meses después del ataque de octubre pasado, el trauma infligido por el asesinato y secuestro de familiares y amigos sigue estando fresco para los residentes de los kibbutzim. La invasión masiva de Israel en Gaza, que ha matado a más de 30,000 personas en Gaza, probablemente haya disminuido la amenaza de que tal asalto a gran escala pueda repetirse. Pero los frecuentes ataques de artillería y el rugido de los aviones de combate son un recordatorio de que los kibbutzim fronterizos vacíos son extensiones de la zona de guerra.
Muchas personas anhelan sus hogares
Los residentes han comenzado a considerar si, cuándo y cómo regresar. En las horas posteriores al ataque, cientos de residentes de los kibbutzim fueron evacuados a hoteles, dormitorios y otras ubicaciones, algunas horas lejos de sus escuelas, trabajos y hogares. Muchos añoran las vidas que dejaron atrás.
El consenso es difícil en medio de una gran incertidumbre
Pero están divididos sobre cómo proceder, con algunos decididos a regresar y otros profundamente reacios. Con tanta incertidumbre sobre las condiciones de seguridad futuras a lo largo de la frontera, muchos dicen que, por ahora, es imposible tomar decisiones a largo plazo.
Decisiones familiares, pero con consecuencias potenciales para el país
Las decisiones que los residentes de kibbutz toman sobre si regresar son principalmente sobre lo que es mejor para sus familias y comunidades unidas. Pero el resultado también es importante para Israel, cuyos líderes confiaron en los kibbutzim fronterizos como una forma de solidificar el control de la tierra después de la guerra de 1948 contra combatientes palestinos y los ejércitos de países árabes vecinos.
“Si los kibbutzim … no regresan, nadie vendrá”, dice Shlomo Getz, un investigador que estudia las comunidades. “Eso significa que estamos perdiendo nuestro país”.