El tribunal laboral de Quebec ha ordenado a un concesionario de automóviles en el centro-sur de Quebec que recontrate a un empleado al que despidió después de que fuera condenado por agresión sexual.
La jueza administrativa Annie Laprade dijo que la empresa no pudo demostrar que el delito del empleado estuviera relacionado con su trabajo o que la publicidad que rodeaba el caso evitaría que cumpliera con sus responsabilidades.
“El empleador no ha demostrado un vínculo objetivo entre las condenas por delitos penales y el empleo del empleado”, escribió Laprade. “Incluso considerando la cobertura mediática, no tienen un impacto perjudicial, tangible, concreto y real en su capacidad para ejercer sus funciones.”
Martin Roussin Bizier fue despedido de un concesionario de Ford en Thetford Mines, Quebec, después de ser condenado en enero de 2024 por asaltar sexualmente a dos mujeres durante su despedida de soltero en 2022.
Los documentos judiciales dicen que tocó sexualmente a dos mujeres de 18 y 19 años cuando se detuvieron a tomar fotos con él mientras caminaba con su primo en la ciudad de Quebec la noche de su despedida de soltero, vestido con lo que el documento judicial describe como “ropa femenina colorida” que atrajo la atención.
Fue durante la sesión de fotos que cometió tocamientos sexuales no consentidos a una mujer y a una de sus conocidas”, dice la decisión de Laprade. Luego se desató una pelea con un amigo de la víctima, durante la cual el primo de Roussin Bizier golpeó al amigo con un bastón e lo hirió, dice el documento.
Los registros judiciales muestran que el mes pasado recibió una condena suspendida de seis meses, junto con una serie de condiciones. El juez de sentencia señaló que no tenía antecedentes penales y consideró que su riesgo de reincidencia era bajo.
Su primo fue condenado por agresión por sus acciones durante la pelea.
El concesionario argumentó que mantener a Roussin Bizier en la plantilla podría representar un riesgo para las clientas, que podrían tener que viajar en coche solas con él durante las pruebas de manejo, y perjudicar la reputación del concesionario, ya que el caso había sido publicitado en los medios de comunicación.
Pero Laprade rechazó sus argumentos, señalando que la Carta de Derechos y Libertades de Quebec impide a un empleador despedir a alguien únicamente por una condena penal, a menos que el delito tenga una conexión clara y directa con el trabajo.
En una decisión fechada el 31 de enero, señaló que las agresiones, que ocurrieron fuera de un bar durante una despedida de soltero, “no tenían nada que ver” con su trabajo como vendedor. El empleado, señaló, había trabajado en el concesionario durante ocho años y era considerado un buen empleado.
Cuando regresó al trabajo después de la suspensión inicial, trabajó casi un año sin complicaciones hasta su condena y despido, escribió Laprade. El argumento de que representa un riesgo para los clientes durante las pruebas de manejo se basa en “hipótesis o incluso estereotipos” en lugar de la prueba concreta que exige la ley, escribió la jueza.
Laprade señaló que la empresa había argumentado que su reputación podría verse dañada al tener al empleado en la plantilla. Aunque reconoció esto como una preocupación legítima, dijo que el concesionario no había proporcionado ninguna prueba de que dicho daño hubiera ocurrido, como clientes que se negaran a tratar con Roussin Bizier.
Ordenó al concesionario que devolviera al empleado a su puesto en un plazo de 15 días y que le pagara los salarios que perdió como resultado de ser despedido. El abogado que representaba al concesionario, Cliché Auto Ford Thetford, no respondió de inmediato a una solicitud de comentario, mientras que el abogado que representaba a Roussin Bizier dijo que su cliente prefería no hacer comentarios sobre la decisión.