Después, tras conversaciones con la Presidenta de México Claudia Sheinbaum y el Primer Ministro de Canadá Justin Trudeau, Trump puso los aranceles en pausa. Mientras que los nuevos impuestos a China han entrado en vigor – y han provocado medidas de represalia de Beijing – los mercados han visto esas acciones de EE. UU. como menos disruptivas y de menor alcance.
Por el contrario, si EE. UU. hubiera participado en una serie creciente de aranceles con Canadá y México, que representaron más de $1,57 billones (£1,24 billones) en bienes en 2023, el efecto económico global podría haber sido catastrófico.
Esa posible situación grave ha sido evitada, por ahora, con Trump y su administración declarando al menos una victoria parcial.
Sin embargo, los detalles de lo que Canadá y México cedieron pintan un cuadro más complicado.
Mientras que Canadá acordó formar un equipo conjunto de lucha contra el crimen con EE. UU. y nombrar un “zar del fentanilo”, los pasos concretos detallados eran parte de un paquete de seguridad fronteriza que Canadá había anunciado previamente.
México se comprometió a intensificar la lucha contra las drogas y a desplegar 10.000 tropas para patrullar la frontera entre EE. UU. y México – pero esas cifras reflejan los despliegues que la nación hizo en 2019 y nuevamente en 2021.
Dentro de un mes, Trump tendrá que decidir nuevamente si Canadá y México están haciendo lo suficiente para satisfacer sus demandas – o si los aranceles aplazados entrarán en vigor.
Sin embargo, puede ser difícil encontrar cifras sólidas que demuestren progreso.
Según las medidas de la administración, los funcionarios de inmigración de EE. UU. solo decomisaron 43 libras (19,5 kg) de fentanilo y detuvieron a 193.540 personas cruzando la frontera entre EE. UU. y Canadá en 2024. Las cifras son mucho más altas en la frontera entre EE. UU. y México, pero los cruces indocumentados – y los decomisos de drogas – también han disminuido allí.