Es difícil exagerar la importancia del firewall contra la extrema derecha en la cultura política alemana. El recuerdo del Holocausto juega un papel fundamental en la Alemania moderna.
Antes de la votación del miércoles, el Bundestag celebró su conmemoración anual a las víctimas de los nazis, durante la cual el superviviente del Holocausto, Roman Schwarzmann, de 88 años, se dirigió al parlamento.
El Presidente alemán Frank-Walter Steinmeier también pronunció un discurso ante los diputados, pidiendo que los crímenes de los nazis nunca sean olvidados. No debería haber una “línea dibujada” que ponga fin a nuestra responsabilidad histórica como alemanes, dijo.
Esto contradice directamente la política de la AfD, la cual ha criticado la cultura de la memoria alemana y abogado por una visión más amplia de la historia del país.
Es por eso que muchos se sorprendieron cuando Friedrich Merz dijo la semana pasada que no le importaba si la AfD apoyaba sus mociones parlamentarias o no.
Esto no solo contradice sus declaraciones anteriores, sino también la línea oficial de su partido, la cual prohíbe a los conservadores depender de la extrema derecha en las votaciones parlamentarias.
Secciones de la AfD han sido clasificadas como extremistas de derecha por la inteligencia interna, pero el partido actualmente ocupa el segundo lugar en las encuestas, aunque Merz ha descartado cualquier tipo de coalición con ellos.
Esta semana, las últimas encuestas mostraron que el apoyo a la CDU conservadora había disminuido un par de puntos porcentuales al 28%, mientras que la AfD aumentó ligeramente al 20%.
La líder de la AfD, Alice Weidel, ha dicho que el firewall equivale a un “acuerdo cartel antidemocrático” y ha predicho que se desmoronará en los próximos años.
Abrir la puerta a depender del apoyo de la extrema derecha es un riesgo para Merz, quien cree que su postura cada vez más radical sobre la migración recuperará a los votantes de derecha que están tentados a votar por la AfD.
Pero al hacerlo, podría arriesgar perder el apoyo del centro.
Con estas últimas mociones parlamentarias, Merz ha dicho definitivamente adiós a la era de su predecesora conservadora más centrista, Angela Merkel, quien hace una década famosamente dijo “wir schaffen das” o “podemos hacerlo” cuando Alemania se enfrentaba a grandes números de migrantes y refugiados.
Estas mociones son simbólicas, señalando lo que los conservadores les gustaría hacer en el poder. Pero también son una señal concreta a los votantes sobre de quién Merz parece estar dispuesto a aceptar apoyo.
Los críticos dicen que ha roto su palabra sobre el firewall. No es de extrañar que la AfD aplaudiera en el parlamento cuando se anunció el resultado.
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