Los datos sugieren que la migración climática es, hasta ahora, más bien un fenómeno local, con algunas personas moviéndose tierra adentro dentro de su propio estado o incluso buscando terrenos más altos en su ciudad para evitar inundaciones, dijo Jeremy Porter, jefe de implicaciones climáticas en First Street, que realiza modelado de riesgos climáticos.
Sin embargo, dijo que en los últimos años, un número menor de personas han comenzado a acudir a ciudades fuera de California que se anuncian como posibles “refugios climáticos”.
Uno de ellos fue Duluth, Minnesota, una antigua ciudad industrial, hogar de unas 90,000 personas, una población que ha crecido lentamente desde 2020 después de años de estancamiento.
Uno de los atractivos del pueblo es su proximidad a los Grandes Lagos, la serie de lagos que comprende el cuerpo de agua dulce más grande del mundo. Alrededor del 10% de los EE. UU. y el 30% de Canadá dependen de los lagos para el agua potable.
“En un escenario donde los recursos se vuelven escasos, esto es un activo tremendo”, dijo el Sr. Van Berkel.
El suministro de agua de los Grandes Lagos atrajo a Jamie Beck Alexander y su familia a Duluth. Alarmada por tres temporadas consecutivas de incendios forestales destructivos en California, la Sra. Alexander, su esposo y sus dos hijos pequeños se subieron a una furgoneta y condujeron a través del país hasta Minnesota en 2020.
La Sra. Alexander ha encontrado similitudes entre la pequeña ciudad progresista y su antigua ciudad de San Francisco.
“Existe una verdadera profundidad de conexión entre las personas y un arraigo profundo, cosas que considero importantes para la resiliencia climática”, dijo.
La Sra. Welch ignoró a sus amigos que pensaban que estaba loca por mudarse a una ciudad conocida por sus récords de nevadas y condiciones heladas, con un promedio de 106 días al año de temperaturas bajo cero. La hermosa ciudad en una colina se ha convertido en su hogar, dijo.
“Mucha gente aquí ama donde vive y quiere protegerlo”, dijo la Sra. Welch sobre Duluth.