La ONU ha estimado previamente que el 60% de las estructuras en toda Gaza han sido dañadas o destruidas.
Aunque los sonidos de los bombardeos fueron reemplazados por celebraciones cuando el alto al fuego comenzó el domingo, la realidad que enfrentan las personas en toda Gaza sigue siendo desesperada.
Según el Programa Mundial de Alimentos (PMA) de la ONU, la guerra ha dejado a más de dos millones de gazatíes sin hogar, sin ingresos y completamente dependientes de la ayuda alimentaria para sobrevivir.
Esa ayuda comenzó a entrar en Gaza inmediatamente después del alto al fuego del domingo y la ONU dijo que al menos 630 camiones entraron en la Franja antes de que terminara el día, la cifra más alta desde el inicio de la guerra hace 15 meses atrás.
Sam Rose, director interino de Unrwa, la agencia de refugiados palestinos de la ONU en Gaza, dijo que los suministros de ayuda eran solo el comienzo del desafío de devolverle la vida a la Franja.