Osei se mudó a Londres a principios de 1960 con una beca del gobierno para estudiar música y drama.
Durante este tiempo, Osei formó una banda llamada Cat’s Paw, que mezclaba los ritmos vibrantes del highlife, un género popular de África Occidental, con los estilos enérgicos del rock y el soul.
En 1969, Osei cofundó el grupo pionero de Afro-Rock Osibisa junto a los músicos ghaneses Sol Amarfio y Mac Tontoh.
El nombre de la banda, Osibisa, proviene de una palabra en la lengua Fante, que significa “highlife”.
La fusión de Osibisa de sonidos afrocéntricos con rock, soul, jazz y funk los puso en el mapa musical global como una de las primeras bandas africanas en alcanzar el reconocimiento internacional.
La contribución de Osei al éxito de Osibisa es innegable.
Su aportación crucial al grupo llevó a éxitos en las listas de éxitos del Reino Unido con sencillos como Sunshine Day y Dance the Body Music.
Sus actuaciones en vivo dejaron a las audiencias impresionadas en todo el mundo, lo que llevó a extensas giras por Europa, Asia y África.
Una de sus actuaciones clave fue en las celebraciones de la independencia de Zimbabwe en 1980, donde también actuaron Bob Marley y los Wailers.
La dedicación de Osei a promover la música africana en el escenario global ha dejado una marca indeleble en la industria musical internacional.
En 2021, le dijo a The Guardian que se aventuró en la música porque “quería marcar la diferencia en la escena musical africana”.
Sin Osibisa, dijo Osei, no habría habido Fela Kuti, ampliamente considerado como el padrino del Afrobeat.
Sus contribuciones sirvieron como un puente cultural que conectó a audiencias diversas a través del lenguaje universal de la música.
“Osibisa dio confianza a los africanos en su propia música”, dijo una vez Osei, reflexionando sobre lo que consideraba su mayor logro.
Su fallecimiento marca el fin de una era, pero sus innovaciones musicales y los caminos que abrió para los artistas africanos perdurarán, continúando inspirando y resonando con las futuras generaciones.